Jurgen Klinsmann dijo estar convencido de que Alemania terminará su mala racha ante las potencias del fútbol derrotando a Argentina, el viernes, en Berlín. Alemania no les gana a uno de los “grandes” del fútbol desde su victoria 1-0 ante Inglaterra en Wembley, en 2000: de los últimos 16 partidos, perdió diez y empató seis. “Espero que esta serie termine el viernes y soy optimista. De acuerdo con lo que he visto de los otros equipos en el torneo, no tenemos necesidad de escondernos”, afirmó Klinsmann. “Argentina es un gran equipo, por el que sentimos mucho respeto, pero podemos jugarle de igual a igual, y estoy convencido de que podemos ganarle”, declaró.

Klinsmann, que integró el equipo germano campeón mundial en Italia 1990, que se impuso 1-0 en la final precisamente ante Argentina, subrayó que su selección sólo perdió una vez como local desde que fue designado entrenador, en julio de 2004. “Sólo perdimos una vez con una gran nación, y fue con Brasil en la Copa de las Confederaciones” el año pasado. Alemania cayó 3-2 en semifinales con el equipo que luego se consagró campeón venciendo 4-1 a la Argentina. El equipo de Pekerman había llegado a esa final después de vencer por penales a México.

En la era Klinsmann, Alemania enfrentó dos veces a Argentina y empató en ambas 2-2. “Ahora lo conocemos (al equipo argentino). Lo vimos contra México, y estuvo excelente con su juego. Es lo que nosotros vamos a hacer”, adelantó.

“Estoy orgulloso de este equipo. Jugamos a un ritmo muy fuerte y creamos ocasiones (de gol), este partido fue un nuevo hito. Argentina es de otro calibre, pero seguramente podremos derrotarla”, agregó con relación al encuentro frente a Suecia (2-0).

Es un partido decisivo, en el que uno de los equipos avanzará y el otro quedará en el camino. Sin embargo, resulta curiosa la actitud que asumieron los dos entrenadores de cara al trascendental cruce de cuartos de final. Es que, por un lado, Klinsmann, a quien la prensa alemana le atribuye la paternidad de un cambio de estilo de conducción para su Selección, decidió darle descanso a sus futbolistas desde el triunfo del sábado ante Suecia hasta ayer a la noche, cuando los jugadores regresaron a la concentración en Berlín, tras haber pasado 48 horas con sus familiares. “La idea es que los futbolistas refresquen su mente”, indicó el entrenador alemán.

De la misma forma, aunque con menos tiempo, los futbolistas argentinos también dispusieron de su tarde libre a partir de la decisión del cuerpo técnico encabezado por José Pekerman. Tras el entrenamiento matinal y el almuerzo, los jugadores pudieron dejar el HerzogsParks para juntarse con sus familias. Algunos optaron por quedarse paseando por el pueblo y otros aprovecharon para acercarse al outlet de la firma que patrocina a la Selección, para hacer algunas compras.