DEPORTES
Turquía llegó al podio con fútbol
En un partido entretenido que siempre controló, Turquía venció a los empeñosos locales con grandes actuaciones de la pareja ofensiva Sukur-Mansiz. Hubo fiesta final, ejemplar.
El seleccionado de Turquía impuso –durante el primer tiempo– su fútbol audaz y desinhibido, y logró un histórico tercer puesto en la Copa del Mundo, tras superar por 3-2 a Corea del Sur, anfitrión del torneo junto a Japón. Hakan Sukur a los trece segundos, e Ilhan Mansiz a los 12 y 31 minutos, todos en el primer tiempo, marcaron los goles del equipo turco, que fue muy superior técnica y tácticamente a Corea, que anotó por intermedio de Lee Eul Yong –autor del empate parecial de tiro libre– y Chong Gug Song, que descontó sobre el final.
Turquía se llevó, además del tercer puesto, el orgullo de haber mostrado al mundo su fútbol audaz y ofensivo, atípico en una Copa donde privó la cautela. Corea será recordado como el primer asiático que estuvo entre los cuatro mejores de un mundial, aunque mal que le pese, también quedará en la memoria la ineptitud arbitral que lo favoreció ante Italia y España.
Con mejores argumentos, el equipo dirigido por Senol Gunes sorprendió a los trece segundos cuando se puso en ventaja merced a un gol de Sukur, quien apareció en su real dimensión por primera vez en el Mundial, ya que fue decisivo, participando en las tres conquistas. El delantero del Parma aprovechó un grosero error del defensor surcoreano Hong Myung-Bo, tomó la pelota y definió con calidad ante la salida del arquero Lee Woon-Jae, para conseguir de esa manera el gol más rápido en la historia de los mundiales.
El empate de Corea, con un tiro libre perfecto –chanfle de zurda desde el costado derecho del área– del defensor Lee Eul Yong que superó la estirada de Rustu Recber, fue apenas un espejismo puesto que su rival era claramente superior y se encargaría de demostrarlo más tarde. En esta ocasión no se destacó Ahn Jung Hwan, el delantero del Perugia, y así Corea no encontró la fórmula para vulnerar al buen arquero Rustu.
Así, Turquía sacó ventajas con dos goles espectaculares que tuvieron como protagonistas a los dos mejores jugadores de la cancha: Sukur y Mansiz. En el 2-1 construyeron una doble pared fenomenal que finalizó con una asistencia de Sukur para que Mansiz le dé el último pase a la red con un suave remate de zurda, y ambos delanteros volvieron a repetir la fórmula y dejaron el partido 3-1 con una jugada casi idéntica, que desarticuló por completo a los coreanos.
El conjunto orientado por el holandés Guus Hiddink salió de su letargo en la segunda etapa, con el ingreso de Tae Young Kim, un jugador que aportó velocidad y cambio de ritmo, lo que hizo al partido más entretenido, puesto que Rustu –uno de los mejores arqueros del campeonato– se lució en un par de ocasiones. Turquía tomó mayores recaudos, se refugió cerca de Rustu y cada vez que pudo salió rápido con la intención de estirar la ventaja de contraataque, algo que no pudo conseguir debido a la buena actuación del arquero Woon-Jae Lee, el único para destacar de una defensa que se vio superada durante todo el partido.
En el último minuto descontó Corea y dejó el marcador más ajustado. El final los encontró a ambos, turcos y coreanos, saludando juntos y abrazados a las tribunas repletas. Un ejemplo.
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