DEPORTES › BAJO PROMEDIO DE GOLES, PARECIDO AL MUNDIAL
En Alemania se anotaron 2,29 goles por partido, en el torneo local hay 2,41.
Los 20 goles que registró la octava fecha del Apertura no sólo fueron la marca más baja en lo que va del torneo: además, debilitaron un pobre promedio: 2,41 goles por partido. Apenas 193 goles fueron convertidos en 80 partidos, aunque tres de esos encuentros aún deben completarse después de su suspensión. Boca, San Lorenzo e Independiente fueron los únicos que pudieron marcar más de tres goles en un mismo partido. La contracara es Godoy Cruz, que se anotó en la red en dos ocasiones. De esta manera, el campeonato argentino parece seguir los pasos del deslucido promedio del Mundial de Alemania 2006 (2,29), donde se anotaron 147 tantos en 64 partidos, un pálido promedio tan sólo superado por el Mundial Italia ’90.
La tendencia del torneo parece ser la poca cantidad de goles. Los 20 tantos del fin de semana fueron la cifra más baja del torneo, aunque no estuvieron muy lejos de lo que ocurrió en fechas anteriores. En la 3ª y 5ª se convirtieron 21 tantos, seguidas por la 7ª y la 1ª, donde se anotaron 22 y 23 goles, respectivamente. Mejores cifras ofrecen la 4ª (27 goles, incluida la goleada de Boca a San Lorenzo) y 6ª (28 goles), mientras que la 2ª fecha lidera el ranking, con 31 tantos.
Boca e Independiente son los máximos anotadores con 16 goles, seguidos de cerca por River y San Lorenzo, con 15. Godoy Cruz, por su parte, registra una cifra preocupante: apenas dos tantos y detrás se ubican Quilmes (último en el torneo) y Colón, con 6 goles.
También las goleadas parecen estar en vías de extinción. Sólo tres equipos pudieron marcar más de tres goles en un mismo partido: Boca, en la victoria 7-1 ante San Lorenzo; San Lorenzo, en el triunfo 5-0 frente a Colón e Independiente en su victoria 4-2 ante Lanús. La tabla de goleadores está liderada por el paraguayo Oscar Cardozo, quien convirtió 7 de los 12 goles de Newell’s.
Estas son las vías a través de las cuales se convierte en el torneo: hubo 110 goles nacidos en jugada (el rubro está liderado por San Lorenzo, con 13 de sus 15 conquistas), 46 de cabeza (Newell’s es el equipo que más anotó por esta vía: 6 goles, la mitad de los que marcó), 13 de tiro libre (con la patada de Juan José Serrizuela, Belgrano marcó tres), 20 de penal (cuatro de los 16 goles de Independiente fueron por esa vía, todos convertidos por Daniel Montenegro) y 4 goles en contra.
De los 193 goles convertidos, 106 fueron en condición de local, mientras que los visitantes anotaron 87. Idéntica relación se presenta en cuanto a la cantidad de goles por tiempo. Sólo 87 en la primera etapa contra 106 en la segunda. Las cifras sólo reflejan los planteos conservadores que despliegan los equipos tanto en su estadio como a la hora de salir de su casa. Lejos de ser irreversible, la poca cantidad de goles parece ser la tendencia. El pobre promedio de goles que registró el Clausura 2006 (2,36), con 450 goles, posiblemente sea desplazado después de que termine este torneo.
Producción: Hernán Matz.
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