DEPORTES › ENTRENAMIENTOS LIBRES DE LA FORMULA UNO EN INTERLAGOS
› Por Igor Gedilaghine
Desde San Pablo
Los primeros ensayos libres del Gran Premio de Brasil marcaron en el circuito de Interlagos el último fin de semana de Michael Schumacher (Ferrari) al volante de un auto de Fórmula 1. El séptuple campeón del mundo, cuyas posibilidades matemáticas de alcanzar una octava corona subsisten aunque él mismo no lo crea, marcó el sexto mejor tiempo, pero el tercero si se excluyen a los tres pilotos que no participarán de la prueba de mañana. Su rival, el español Fernando Alonso (Renault), separado del título mundial por un punto, se quedó con el décimo tiempo, pero el sexto de los pilotos que entrarán en la grilla. “No buscamos hacer un crono, sino regular la máquina”, comentó Schumacher.
Los espectadores en Interlagos no se manifestaron en forma particular respecto de la despedida del alemán, contrariamente a lo que sucedió en Monza, donde anunció su retiro. Sin embargo, la escudería alemana BMW-Sauber rindió homenaje a su ilustre compatriota: los alerones traseros de los monoplazas de Sebastian Vettel y de Robert Kubica proclamaban “Thank you, Michael”, mientras que el auto de Nick Heidfeld portaba la misma inscripción pero en alemán: “Danke, Michael”.
“Sé que es mi último Gran Premio, pero no tiene nada de diferente para mí... salvo puede ser por el número de fotógrafos y ese gesto emocionante de BMW. Pero una vez dentro de la máquina, es el trabajo habitual”, dijo Schumy. El piloto alemán lució un casco especial para la ocasión que no había visto antes de llegar a Sao Paulo. El nuevo casco se parece mucho al acostumbrado, pero de cerca se aprecia una inscripción con la lista de todas sus victorias (91), desde Bélgica ’92 a Shanghai ’06. Un lugar fue dejado en blanco en caso de triunfo el domingo en Interlados. Por otro lado, dos dragones fueron pintados en la parte de atrás del casco, como los que luce en sus zapatos, y dorados, como las siete estrellas que lleva en la parte superior de la protección.
Renault, para aumentar las posibilidades de alcanzar los dos títulos en juego (pilotos y constructores), montó en el monoplaza de Alonso un motor probado y en el de Giancarlo Fisichella uno totalmente evolucionado. De esa forma, Alonso evitaría cualquier tipo de incidente técnico a nivel de motor, con el objetivo de llegar entre los ocho primeros para alcanzar puntaje. Fisichella, en tanto, fue “armado” para intentar ganar e impedir así a Schumacher subir al lugar más alto del podio, condición imprescindible para la consagración del alemán.
“Mi motor no sube tanto como el de Fisichella”, subrayó Alonso. Pero el español está confiado en remontar la cuesta porque se sintió cómodo en los ensayos, aun cuando las condiciones de la pista estuvieron lejos de ser las que encontrará hoy en la clasificación o mañana en carrera. “Lo que cuenta es la sensación general de que el trazado estaba bien, sin ningún problema”, comentó.
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