“Fue lindo lo que viví en el partido inaugural del Mundial, cuando le convertí dos tantos a Alemania, pero la pasión del clásico rosarino es única.”

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El costarricense de 30 años fue la figura de Central: asistió a Coudet en el primer gol y marcó el segundo tras un rebote en Villar.

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“Este clásico se vive diferente. Me habían dicho que los partidos se daban muy cerrados, pero no teníamos miedo de perder, sino que pensamos en ganar.”

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Con 1,82m de altura, pudo haber jugado al básquetbol: representó a Costa Rica en el Centroamericano de 1993. Pero al año siguiente debutó en la primera de Herediano y siguió con el fútbol.

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Gorosito quiso mandarlo al banco contra River, pero el costarricense se negó y fue borrado del plantel. El domingo volvió a ser titular.

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Actuó además en el Derby County, el West Ham, el Manchester City, el Málaga y el Al Gharrafa qatarí antes de llegar a Central: lo llevó Horacio Carbonari, compañero en el Derby County y director deportivo centralista.

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“Lo puse a Wanchope para jugar y para controlar a Cardozo porque es peligroso en el juego aéreo, y Paulo hizo un partido bárbaro” (Néstor Gorosito, DT de Central).

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Lleva anotados cuatro goles en Primera: antes del clásico con Newell’s les había marcado dos a Independiente y uno a Estudiantes. En la Selección de Costa Rica marcó 45 goles y 62 en el fútbol inglés.

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“Tras el partido, no pude dormir en toda la noche. Me desperté a las 4, a las 7, a las 8... Así hasta que se hizo la hora de desayunar.”