Hay situaciones en las que las ganas no son suficientes. La garra y la voluntad suelen ser un requisito indispensable para alcanzar el éxito, pero pocas veces funcionan de manera aislada. Hace falta una idea que agrupe todas estas virtudes y las potencie. Ni Racing ni Central gozaron de la claridad necesaria para ganar el partido y cosecharon un punto que, lejos de sus expectativas, los aleja de los puestos de vanguardia. Moreira puso en ventaja a los visitantes, mientras que Bergessio fue el encargado de decretar el empate.

De entrada, la soleada tarde en Avellaneda se transformó en un nubarrón de dudas e imprecisiones para Racing. El visitante, comandado por Cristian González, se adelantó en el campo de juego y monopolizó el control de la pelota. El conjunto de Merlo, visiblemente desorientado, sólo atinaba a defenderse y, en raras ocasiones, intentaba contraatacar. A los 15 minutos, el visitante dio el primer golpe: Moreira estrelló su cabezazo en el palo y, en el rebote, puso en ventaja a Central. Pero tan rápido como abrió el marcador, el equipo de Gorosito apostó por cuidar su arco y cedió la iniciativa. Obligado a buscar el empate, el local dejó las especulaciones de lado y comenzó a inquietar a Ojeda. Lo tuvo Sava, pero su remate murió en las manos del arquero. Racing dependía de alguna individualidad y fue esa vía la que le permitió alcanzar la igualdad: Bergessio bajó la pelota con el pecho y sacó un potente remate al palo derecho, que dejó sin reacción a Ojeda.

Las buenas intenciones que los equipos habían desplegado en la primera mitad se desvanecieron en el arranque del complemento. Las constantes faltas se convirtieron en las principales protagonistas del partido. Ni González ni Coudet podían generar situaciones. El local padecía el mismo problema. Sánchez y Fileppi –reemplazó a Peralta– no lograban asociarse con Sava y Bergessio. Entonces, Racing y Central se convirtieron en dos equipos muy previsibles. Ni siquiera la expulsión de Azconzábal por doble amarilla le aportó dramatismo al partido. Tuvieron que pasar 30 minutos para que alguno de los equipos elaborara una jugada de riesgo: Villagra se escapó por la izquierda y lanzó un centro que Ruben, anticipándose a Cabral, conectó con un zurdazo que salió cerca del palo. Sobre el final, Bergessio y Crosa tuvieron en sus pies la victoria pero sus definiciones salieron a centímetros del palo.