DEPORTES
› SE REABRE EL LUNA PARK TRAS DOCE AÑOS SIN BOXEO
Rivas-Narváez, por el título
Estará en juego el título de los moscas de la Organización Mundial de Boxeo del nicaragüense Adonis Rivas, que lo expondrá ante el argentino Omar Narváez. Habrá cuatro preliminares.
Por Daniel Guiñazú
Llegó el día que muchos esperaban y que muchos también, imaginaron que nunca se iba a volver a dar. Después de 12 años y medio, el boxeo retorna por la puerta grande al Luna Park. Y, con el pretexto de un sentido homenaje a la memoria de Juan Carlos Lectoure, genio y figura, cuerpo y alma del estadio de Corrientes y Bouchard, lo hace a través de una pelea por un título del mundo: el que disputarán el campeón, Adonis Rivas de Nicaragua y el retador, Omar Narváez, de Chubut, por la corona mosca de la Organización Mundial de Boxeo.
El combate, a 12 rounds, arrancará cerca de la medianoche y será precedido por una cartelera nacional de muy buen nivel que el canal de cable Space habrá de transmitir desde las 22 horas.
Si la pelea no tuviera lugar en un escenario de tanta historia, si tantos recuerdos no se echarán a volar a partir de la mención del nombre del Luna Park, Rivas y Narváez sería una pelea más de importancia estrictamente ceñida a lo deportivo.
El nicaragüense no es un campeón de relieve, Narváez llega a esta chance en su 12º salida profesional y ninguno de los dos es conocido para el gran público. Pero la magia del Luna potencia todo. Y convierte un combate pequeño en un hecho que supera lo pugilístico y que alcanza, casi, ribetes de acontecimiento popular.
Rivas (que llega con un récord de 18 victorias, 10 por nocaut, 2 derrotas, un empate y una pelea sin decisión) saca ventajas en cuanto a roce internacional y estatura. Lleva siete años como rentado, hizo cinco peleas por títulos del mundo, ya fue campeón supermosca del OMB y tiene más altura y alcance de brazos que Narváez. Quienes lo han visto dicen que no pega ni se destaca por su técnica y que basa lo suyo en su capacidad física para pelear con todo cada uno de los minutos de cada uno de los rounds. En sus entrenamientos de la semana en Buenos Aires trabajó demasiado arropado. Pero dio el peso con holgura (50,600 kg.) y dijo que se abrigó tanto, porque no quería que lo sorprendiese el frío de la época.
La preparación de Narváez, en cambio, no deja dudas. Hace rato que está en categoría (ayer dio 50,650 kg.) y su talento también está fuera de discusión. Es zurdo, pulcro, camina el ring a la perfección y si bien no es un noqueador explosivo, su mano se hace sentir como lo demuestran sus 7 nocauts sobre 10 victorias. Dos incógnitas lo rodean: 1º) cómo hará para descontar la mayor talla de Rivas y 2º) cómo absorberá la presión de que su primer desafío importante sea por un título del mundo, ante mucho público y 1800 invitados especiales de la empresa Luna Park.
Que el árbitro de última pelea de la noche sea el portorriqueño Joe Cortez (148 campeonatos del mundo dirigidos y para muchos el mejor referí de la actualidad) le adosa un interés adicional a una reunión valiosa que tendrá cuatro preliminares interesantes. Abrirán la cartelera a 4 rounds, Aladino Alanis-Dionisio Ríos en peso welter, seguirán a 6 asaltos Hugo Garay-Jorge Argüello en medio pesado y Mariano Carrera-Néstor Casanova en mediano y en el semifondo a 8 rounds, el cordobés Diego “Rocky” Giménez enfrentará al marplatense César Leiva.
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