Estudiantes consiguió un triunfo heroico. Cuando el cuarto árbitro marcó el tiempo de descuento, el conjunto de Diego Simeone perdía 1-0 en Rosario ante Newell’s y se despedía de todas las chances de salir campeón. Sin embargo, en esos seis minutos de prolongación, una media vuelta de José Luis Calderón y un cabezazo impecable del juvenil Pablo Piatti le dieron a Estudiantes un triunfo impensado, que le permite ponerle presión a Boca. Cuando parecía que ya el Apertura estaba definido, ahora apenas un punto separa al líder de su escolta, más allá de que el conjunto de Ricardo La Volpe tendrá que jugar esta tarde ante Gimnasia de Jujuy.

Hasta el tiempo de descuento, Newell’s había hecho los méritos suficientes como para justificar la victoria. Con una buena labor de Bernardello en la mitad de la cancha y con la peligrosidad del paraguayo Oscar Cardozo en el ataque, el equipo rosarino había marcado claras diferencias. Precisamente, a través de su goleador pudo ponerse en ventaja, cuando el delantero aprovechó el penal que le había cometido Pablo Alvarez y sometió a Andújar con un remate violento.

Además de la desventaja, Estudiantes sufría en el desarrollo porque sus principales figuras lucían ausentes. Llamativamente impreciso, Verón no podía asumir su rol de conductor, por lo que el equipo de Simeone no tenía fluidez en su juego. Y con ese déficit, también le costaba entrar en el circuito a los delanteros, que no podían generar situaciones frente al arco de Villar. Ante ese panorama, Newell’s fue justificando la victoria. Sin embargo, con el correr de los minutos se fue tirando peligrosamente atrás, lo que terminó costándole carísimo.

Es que, obligado porque se despedía de la ilusión del título, Estudiantes se fue decidido a buscar la igualdad. Es cierto, no tenía demasiadas ideas y sólo inquietaba a Villar a través de la pelota detenida. Pero esa búsqueda tuvo su premio cuando Calderón capturó el balón en el área y con una media vuelta clavó el empate. En otro contexto, ya era un gran resultado. Pero como tampoco le servía, el conjunto platense siguió con su búsqueda, ante un adversario que a esa altura padecía el desgaste. Entonces, el milagro. Pavone recibió por la izquierda y mandó un centro pasado para la entrada de Piatti, que metió un frentazo para que todo el pueblo pincha mantuviera la ilusión.