Jue 18.07.2002

DEPORTES  › ITALIA CERRO LA IMPORTACION DE EXTRACOMUNITARIOS

Catenaccio discriminatorio

Franco Carraro, presidente del calcio, anunció el cierre de las fronteras futboleras para jugadores y técnicos no europeos: no va más.

El presidente de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC), Franco Carraro, anunció ayer la decisión del organismo de cerrar las puertas de los clubes de ese país a los jugadores y entrenadores extracomunitarios; algo que sin dudas afectará al mercado del fútbol argentino. La drástica medida, considerada “anticipatoria” a la puesta en vigencia de la nueva ley de inmigración sancionada recientemente por el Parlamento italiano, permitirá a los clubes de Italia anotar sólo un extracomunitario hasta el próximo 31 de agosto, antes del cierre total de la frontera, que permanecerá tapiada al menos durante toda la temporada venidera. Esto no afectará a los casi setenta argentinos que actualmente juegan en distintos clubes del calcio, pero no permitirá nuevas incorporaciones.
A los recientes anuncios sobre la baja de salarios de los futbolistas, debido a la grave crisis económica que atraviesan los clubes italianos, y al llamamiento a la austeridad en los presupuestos para esta temporada, habrá que sumar esta nueva normativa impuesta por la FIGC que se enmarca dentro de una clara política restrictiva con respecto a la inmigración y que responde a la línea dura del gabinete que encabeza Silvio Berlusconi. La nueva ley antinmigratoria italiana –conocida con el nombre de Fini-Bossi, en honor a sus mentores: el ministro de Reformas, Umberto Bossi, líder de la xenófoba y populista Alianza del Norte, y el vicepremier Gianfranco Fini, jefe de la Alianza Nacional (AN)–, fue sancionada el 11 de julio pasado, aunque contó con una fuerte oposición de los partidos de centroizquierda italianos, quienes la consideraron “discriminatoria y xenófoba”.
“Nos anticipamos a la nueva ley de inmigración. Si no lo hiciéramos, habría 500 de más. Es una buena medida para el fútbol italiano”, explicó ayer Carraro desde Roma. “Es una medida justa para el fútbol. No pretendo que sea compartida por todos, pero el consejo federal me dio orden de defenderla con uñas y dientes. Si queremos ser creíbles, era lo que teníamos que hacer”, amplió el máximo dirigente italiano.
Desde el 4 de mayo de 2001 hasta ayer, los clubes italianos podían contratar futbolistas extracomunitarios libremente; antes sólo podían anotar cinco, pero en 2001 la FIGC decidió abolir esa norma. Ahora, luego del anuncio de Carraro, los clubes tendrán tiempo hasta el próximo 31 de agosto para inscribir sólo un extracomunitario más, ya sea jugador o entrenador, y luego deberán cerrar sus puertas a los no-comunitarios como mínimo durante la próxima temporada.
El anuncio de la FIGC es acorde con la decisión de la Unión Europea (UE), que en la última cumbre de Sevilla aprobó una serie de medidas para combatir la inmigración extracomunitaria. En este sentido, Carraro precisó que esa medida es “parcial, sobre todo porque en poco tiempo habrá 25 países comunitarios”, en referencia a la futura ampliación de la UE. “Es una medida draconiana, querida debido al mal momento por el que pasa el fútbol”, argumentó el directivo.
Para reforzar esta medida, Carraro anunció un endurecimiento de las penas a las posibles irregularidades en los traspasos de ciertos jugadores, aludiendo a los casos de los pasaportes falsos, que involucró a varios jugadores argentinos.
El fracaso en el Mundial de Corea-Japón es una de las hipótesis que manejó la prensa italiana en el entendimiento de la medida; el hecho es que en italia, se dijo, se estaba trabajando muy poco con las divisiones juveniles y son pocos los jugadores nativos que llegan al Calcio debido a la proliferación de extranjeros.

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