River ya comenzó a transitar el camino de la doble corona. Una vez más, el actual campeón del fútbol argentino intentará repetir la conquista alcanzada en mayo pasado bajo el mando de Ramón Díaz. Y para este torneo Apertura que comenzará el próximo viernes, el nuevo conductor será el chileno Manuel Pellegrini, quien buscará superar lo realizado en San Lorenzo, donde no sólo obtuvo un torneo local sino que le dio a la entidad de Boedo, el primer certamen a nivel internacional. Precisamente, más allá de que River luchará por el bicampeonato, la gran apuesta del ingeniero será la Copa Libertadores de 2003, luego de las constantes frustraciones de River en los torneos sudamericanos. Pero el gran inconveniente de Pellegrini es que sufrirá la emigración de figuras importantes en los últimos meses, y encima, la poca renovación de nombres rutilantes para ocupar esos lugares.
Una vez confirmada la partida de Juan Riquelme al Barcelona de España, ahora River tendrá el privilegio de contar con la máxima figura en el país. Sin duda, Andrés D’Alessandro será la principal estrella que transitará por los estadios argentinos. Como consecuencia de la gran cantidad de futbolistas que deciden desembarcar en otras ligas, con apenas 21 años y sólo un año jugando en Primera, el juvenil ya se convirtió en el mayor exponente. La aparición del volante fue vertiginosa: en julio de 2001, D’Alessandro deslumbró al mundo en el Mundial Sub-20 de Argentina, sin haber asomado entre los profesionales de su club.
Hasta ese momento, el ex entrenador de River Américo Gallego no lo tenía en sus planes a raíz de una discusión con uno de sus colaboradores. Cuando estuvo muy cerca de quedar afuera del campeonato juvenil, D’Alessandro se incorporó al conjunto encabezado por José Pekerman, solamente porque Livio Prieto, de Independiente, sufrió una lesión pocas horas antes de presentar la lista. Después del Mundial que ganó Argentina, donde el volante terminó manejando todos los circuitos ofensivos del equipo, los simpatizantes de River deseaban que Ramón Díaz lo incluyera en su plantel. A doce meses de ese episodio, D’Alessandro puede jugar sus últimos partidos por este lado del mundo.
El primer inconveniente que tendrá River es que D’Alessandro no podrá jugar las dos primeras jornadas del campeonato, ya que tiene que cumplir una suspensión del torneo anterior, y recién debutará en el tercera fecha, ante Colón.
Pero además de D’Alessandro, otro que podría despedirse en este Apertura es el goleador Fernando Cavenaghi, de 18 años. El delantero también está en la mira de los grandes de Europa, y ya habría un acuerdo con la Juventus para que se sume al equipo de Turín. Estos dos chicos se sumarían a la lista que ya tiene a Ariel Ortega, que pasó al Fenerbahce de Turquía; a Esteban Cambiasso, que regresó al Real Madrid; a Cristian Ledesma, que pasó al Hamburgo alemán; a Claudio Husain, que debe volver al Napoli de Italia; y a Martín Cardetti, que después de esperar medio año su libertad de acción arribó al París Saint Germain. El desmembramiento podría agrandarse en las próximas horas si se confirman las ventas de Víctor Zapata a Italia, la de Eduardo Coudet a México y la de Celso Ayala al Parma de Italia.
Con todo eso tendrá que lidiar Pellegrini. Sobre todo, teniendo en cuenta que las nuevas caras como Luciano Leguizamón (ex Gimnasia de Entre Ríos), José María Buljubasich (ex Morelia), y Jersson González (ex América, llega mañana), parecen demasiado poco para River. La preocupación de Pellegrini debe ser mayor considerando que River sólo podrá sumar dos refuerzos para el Clausura 2003. Más allá de que para la próxima Copa Libertadores tendrá libertad de incorporaciones, la realidad no es muy alentadora, ya que ninguno de los que llegó es un jugador determinante.
La última vez que la institución de Núñez ganó la Copa fue en 1996, también con el riojano al frente del plantel. Además, las nuevasautoridades del club, lideradas por el presidente José María Aguilar, también pretenden afirmarse en el plano internacional, sobre todo después del bicampeonato de América alcanzado por Boca, durante el 2000 y 2001. Con 30 títulos locales, ahora también quieren acumular éxitos fuera del país. De esa manera, Pellegrini apostará todo a llegar a la final Intercontinental, posiblemente en Tokio. Si consigue su objetivo en River, ahí Pellegrini estaría dispuesto a hacerse cargo de la Selección de Chile, para intentar llegar al Mundial de Alemania 2006.
Otro de los puntos que tendrá que diseñar el ingeniero, será el esquema futbolístico que aplicará River bajo su mando. Luego de la decisión de Díaz de jugar con tres defensores, Pellegrini continuará con línea de cuatro hombres, al igual que en San Lorenzo. Así, uno de los puestos que falta definir es el del marcador lateral derecho. En principio, el que tendría mayores chances es Ariel Garcé, aunque el chileno no lo considera un lateral natural. Con el arribo del colombiano González, éste podría adueñarse de esa posición. Por lo que se vio en la pretemporada, Ayala y Martín Demichelis –Garcé es la otra variante– serían los marcadores centrales, y el paraguayo Rojas seguirá como lateral izquierdo.
En el medio, Coudet, Zapata y D’Alessandro tienen su lugar asegurado, y la incógnita será saber en qué nivel estará el experimentado Leonardo Astrada, luego de jugar muy pocos encuentros el último año. Junto al arquero Angel Comizzo, que será titular, son los dos jugadores más veteranos del plantel, con 32 y 40 años respectivamente. Por su distanciada relación con el ex entrenador, Astrada casi no participó en la última temporada. En cambio, Comizzo fue pedido expresamente por Díaz, y sólo faltó por alguna lesión o suspensión. Por el lado de los delanteros, a partir del alejamiento de Ortega, la dupla de ataque será Alejandro Domínguez y Cavenaghi.
Cuando el recuerdo del técnico más exitoso en la historia del club inicia su alejamiento, River busca seguir alimentando su biografía con otra plataforma.