–Empezó el ATP de Buenos Aires: ¿cuándo se va a transformar en un Masters Series?

–Uno siempre fantasea con eso. La realidad es que en este momento pienso en que nos vaya bien. Este torneo ya es muy grande, más allá de la categoría del certamen. La calidad del torneo la dan los jugadores y tenemos grandes jugadores, por lo cual, hoy por hoy, no me preocupa hacer un torneo más grande.

–¿Por qué aceptó implementar el sistema round-robin?

–Creemos en la teoría de que para el espectador y para el torneo es mucho mejor. Para el espectador porque puede ver a las figuras más de una vez. Cada uno de los grandes jugadores va a jugar por lo menos dos partidos y no depende tanto de una eliminación directa. Muchas veces, cuando ese tipo de jugadores queda eliminado, el torneo sufre una pequeña angustia. En este caso, a la angustia se la retrasa un poco, porque si el jugador queda eliminado, es en la fase previa a los cuartos de final, con lo cual el público puede ver a las grandes figuras hasta el jueves.

–¿Y qué fallas tiene?

–No lo puedo decir ahora. Hay que pensar que recién se jugaron sólo dos torneos con este sistema. Habrá que esperar a ver cómo nos sale.

–¿Cree que este sistema puede llegar a implementarse en los torneos más grandes?

–No creo en un Grand Slam o en un Masters Series, porque hay muchos jugadores. Sería muy complicado armar grupos en un cuadro de 128 o 64 jugadores. Calculo que sólo va a servir en torneos de 32 o hasta 48 jugadores.

–¿Siente que el torneo trasciende los nombres?

–Afortunadamente, el torneo ya tiene siete años de historia, apoyado en un gran momento del tenis argentino. Hoy en día, no hay sólo un jugador, sino que son muchos. El público quiere verlos a todos. Particularmente, en la Argentina la gente tiene mucha cultura de tenis, conoce mucho a los jugadores de afuera. Los ve mucho por televisión. Esa es la clave del éxito. Acá los verdaderos artistas son los jugadores.

–¿Hay algún jugador al que año tras año quiera traer y no pueda concretar su llegada?

–Nos gustaría que viniera un jugador como Marat Safin. Tenemos muchas ganas de verlo jugar en Argentina. Uno no puede fantasear con (Roger) Federer, (Andy) Roddick o (Ivan) Ljubicic, porque son jugadores que no van a venir a jugar al polvo de ladrillo, más allá de cualquier posibilidad que se les pueda presentar. Ellos en este momento están jugando en cemento.

–¿Un torneo más cercano a la gira fuerte de polvo de ladrillo le permitiría traer más estrellas?

–No creo. Federer sólo juega alguno que otro Masters Series. No juega ningún torneo previo. Los demás siempre vienen, como los españoles. El que no vino este año es (Tommy) Robredo, pero cuando vino a fin de año al Luna Park tampoco trajo mucha gente. Es un jugador top-ten pero que no atrae gente. En cambio, (Carlos) Moyá tiene peor ranking pero es mucho más atractivo para el público.

–¿El torneo son David Nalbandian y Carlos Moyá?

–Sí, son dos nombres muy importantes. Ferrero es otro. Igual la gente no se queda sólo con ellos dos. Quieren ver el torneo en su totalidad.

–¿Quiénes son los candidatos?

–Cañas está jugando bien, Chela también. Los jugadores que llegaron a instancias finales en Brasil también son candidatos a ganar el título. No necesariamente Nalbandian y Moyá van a llegar a la final.

–Si tuviera una ficha, ¿a quién le apuesta un pleno?

–No, no, yo no juego al casino. Menos en mi torneo. Me encantaría que lo ganara un argentino o que por lo menos llegara a la final.

Entrevista: Hernán Matz