DEPORTES › BOCA SUFRIO PARA GANARLE COMO LOCAL AL CIENCIANO
Con un zapatazo del lateral, a 10 minutos del término del encuentro, el equipo de Russo logró el triunfo en la Libertadores.
› Por Facundo Martínez
Boca demoró 80 minutos en vulnerar a un rival que solo se defendió, como el Cienciano, pero un zapatazo de Hugo Ibarra le puso justicia al resultado y de esa manera el conjunto de Miguel Russo logró su primera victoria en la Copa Libertadores 2007. Ahora lidera su grupo con cuatro puntos, los mismos que el Bolívar y uno más que el Toluca.
La ineficacia y la buena actuación de Juan Flores se confabularon para que Boca se fuera al descanso con el marcador sin abrir. Porque durante esos primeros 45 minutos le sobraron situaciones como para llenarle el arco a un rival que hizo poco por el partido, que casi no tuvo llegadas salvo un remate de media distancia de Mariño y que dejó jugar a su rival, que generó por lo menos diez ocasiones de riesgo claras que no prosperaron.
Con cuatro situaciones, Bruno Marioni fue el jugador local más picante del período. La más clara fue un mano a mano del delantero, que picó habilitado por un pase de Cardozo, pero que definió mal desde el centro del área ante la salida de Flores y la pelota salió al lado del palo derecho. Luego, tras un centro que se desvió en un defensor, su cabezazo obligó a Flores a sacar la pelota en la línea.
Boca no tenía problemas en el juego, porque el Cienciano le regalaba el terreno y no lo presionaba con sus volantes. Sobre el final, fue el palo el que salvó al arquero peruano ante un cabezazo de Orteman.
Lo mejor del equipo de Russo en ese período fueron las habilitaciones de Román Riquelme, que despertaron aplausos entre los hinchas, y el voluntarismo de Palermo, que si bien apenas contó con dos situaciones, dos cabezazos que se fueron desviados, se retrasaba para pivotear y tratar de habilitar a alguno de sus compañeros.
No cambió mucho el trámite del partido en el segundo tiempo. A Boca siguió sobrándole fútbol, espacio y control de la pelota, pero seguía faltándole lo esencial para llevarse la victoria: el gol. La diferencia con la primera parte fue que las situaciones fallidas comenzaban a intranquilizar al equipo.
Cienciano continuaba resignando el ataque, solo defendía con uñas y dientes el cero en su arco. Los hinchas, impacientes, comenzaron a reclamar a Guillermo Barros Schelotto ante la sequía, pero el humor cambió faltando apenas 10 minutos para el final del partido.
En una jugada de tiro de esquina, en lugar de enviar el centro al área, Cardozo tocó para Ibarra, que entraba como adelantado. Ante la salida de tres marcadores del Cienciano, que corrieron como a morderle los pies, en lugar de enviar el centro, lo más lógico, el lateral sacó un violento derechazo cruzado que se clavó en el ángulo derecho del arco de Flores, que alcanzó a manotearla. Recién en desventaja el conjunto peruano pareció animarse a más. Pero no encontró claridad ni profundidad como para empatar el partido, ni siquiera cuando Boca se quedó con diez en el momento en que Marino se hizo expulsar por sacar afuera innecesariamente la pelota.
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