Con un excelente gol del juvenil delantero César Delgado, que jugó sólo los últimos veinte minutos, cuando entró en reemplazo del anoche inexpresivo Figueroa, Rosario Central le ganó bien a San Lorenzo en un partido sólo mediocre. El primer tiempo fue parejo, con alternancia en el dominio, pero el segundo fue todo de los rosarinos, entre los que sobresalió uno nuevo en el equipo: Cristian Pino. El ex Talleres dominó junto con Papa toda la banda izquierda. San Lorenzo fue de más a menos y jugó una muy opaca segunda etapa. Los cambios –salida de Michelini por lesión y de Cordone y Romagnoli por decisión táctica– no fueron acertados.
Hacía muchísimo frío en el Gigante de Arroyito pero no faltaba ni gente ni fervor. San Lorenzo arrancó mejor. A los 4, Chatruc habilitó a Acosta y el cierre de Ferrari, de últimas, la mandó al córner. Enseguida, Romagnoli inventó en la individual y terminó la jugada con un disparo de Cordone de afuera. Todo eso llegó hasta el cuarto de hora. Parados los dos equipos igual, con cuatro en el fondo, tres en el medio, un enganche y dos puntas, los de Insúa predominaron a partir del buen trabajo de Michelini y Herrón en el corte, la salida de Romagnoli y el buen anticipo de los dos centrales noveles: el paraguayo Blanco y el juvenil Rodríguez. Central no hacía pie porque De Bruno se excedía en la individual y los Quinteros eran superados en el medio. Sólo Pino insinuaba cuando trepaba por izquierda.
Recién hacia la mitad del primer período avisó Central: entre los 21 y 22 minutos llegó dos veces con centros desde la izquierda; en el segundo, el toque de Figueroa dio en el palo, en la más clara del primer tiempo. El partido se equilibró aunque la mejor impresión la dejó San Lorenzo: a los 36, una subida de Romagnoli a fuerza de habilidad terminó en centro atrás para nadie, y a los 39, el gran pase de Cordone a Acosta culminó con toque imperfecto del Beto por arriba, afuera.
El feo segundo tiempo fue todo de Central, desde el minuto, cuando Michelini bajó a Mandra en lo que pareció penal y Sequeira dio afuera. La salida del volante central y de Cordone a los 9 descompuso al Ciclón, que ya no paró a nadie en el medio y aisló a Romagnoli, sin quién jugar. Crecieron los volantes de Central, Pino hizo todo bien y sólo la impericia impidió que hubiera que esperar el gol hasta el final: centro de Marcelo Quinteros desde la derecha, Delgado que la baja con el pecho entre los centrales desairados y media vuelta cruzándola al palo derecho de Saja. Golazo, literalmente, “de otro partido”.