DEPORTES › ARIEL ORTEGA Y SU POLEMICO TANTO A QUILMES
“La mano mía fue de casualidad, quise cabecear. La de Maradona fue increíble”, aseguró el jujeño.
Ya había avisado que no viajaba a Ecuador para pasear. Sin embargo, la expulsión de Sambueza y un trámite complicado, más para aguantar que para jugar, llevaron a que Daniel Passarella prefiriera reservarlo y lo dejara en el banco de suplentes ante la Liga Deportiva Universitaria. Pero ante Quilmes, la necesidad de romper una defensa numerosa motivó al entrenador para colocar a su jugador preferido. Y Ariel Ortega, en su esperado regreso, no lo defraudó. Por eso, tras el gol sobre la hora ante Quilmes, el jujeño expresó su alegría por el retorno y el tanto: “Las sensaciones únicas. Son momentos de felicidad y hay que disfrutarlos”.
No fue un día más para Ortega. Desde el primer partido de la pretemporada ante Racing, cuando anotó un gol de penal, no jugaba en la Primera de River. Luego, por sus inconvenientes personales, fue separado del plantel para su recuperación, y recién el domingo volvió a jugar, aunque, según el técnico, todavía no está a punto: “Ortega todavía no está para jugar todo un partido. La gente lo pide porque lo ve en el banco, pero le falta bastante”. Y el delantero coincide con el entrenador, aunque aclaró que nunca dejó de practicar, pese a estar ausente del equipo. “Nunca dejé de entrenar, lo que me falta es jugar. No es lo mismo entrenarse sin estar jugando”, comentó Ortega. “Este momento se disfruta muchísimo porque hacía mucho que no estaba en el equipo. Había estado en Ecuador, pero por suerte me tocó entrar un ratito.”
Lo que sigue igual, sin ningún tipo de alteraciones, es el cariño que le tienen los simpatizantes de River, que pidieron su ingreso durante el partido y lo ovacionaron tras el gol en el cierre. Por eso, el jujeño sólo tuvo palabras de agradecimiento para los hinchas. “El afecto de la gente hacia mí es increíble. Me llena de satisfacción. El hincha de River me es fiel”, señaló el ex jugador de la Selección Argentina.
Sobre su gol con la mano, que le dio el triunfo a River y que generó la reacción de los jugadores de Quilmes hacia el árbitro Daniel Giménez, Ortega intentó minimizar la acción. “La pelota me pegó de casualidad y descolocó al arquero”, indicó el delantero, que rechazó cualquier tipo de comparación con el tanto que Maradona le marcó a Inglaterra en el Mundial ’86. “¿La mano de Dios? No, nada que ver. La mía fue de casualidad, quise cabecear. La de Diego fue increíble”, señaló Ortega, que está de regreso para seguir dándoles alegrías a los hinchas de fútbol.
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