DEPORTES
› CON GOLES DE SILVERA Y ELUCHANS, EL LOCAL GANO SOBRE LA HORA
Sufra, Rojo, que al final va a gritar
En un partido que fue prácticamente un monólogo de los de Gallego, la definición llegó en los últimos minutos. Silvera de cabeza y Eluchans, de contra, hicieron justicia. Federico Domínguez desperdició otro penal.
El nuevo y necesitado Independiente de Américo Gallego tuvo que sufrir al máximo anoche para vencer a Lanús recién sobre el desenlace del partido, por 2-0, en el estadio de Avellaneda. Independiente fue muy perseverante pero la falta de ideas, precisión y variantes ofensivas casi lo condenaron a soportar lo que hubiera sido un frustrante empate sin goles, sobre todo después de haber desperdiciado en los pies de Federico Domínguez un penal. Sin embargo, a tres minutos del epílogo, un muy preciso cabezazo descendente de Andrés Silvera conectando un córner sirvió para doblegar a un arquero como el uruguayo Claudio Flores, que hasta entonces había parecido imbatible. Y enseguida, ya en jugada de contraataque, una aparición en el área de Juan Eluchans –que había iniciado la jugada y llegó para recibir de Silvera– alcanzó sobre la hora para completar el festejo rojo.
El equipo de Avellaneda trató de responderle a la multitud que acudió a ofrecerle el respaldo, pero al fervor le faltó el respaldo de la claridad e inclusive el debut en este torneo Apertura se complicó todavía más cuando Flores le atajó un penal a Federico Domínguez. Iban 32 del segundo tiempo cuando Flores se arrojó hacia su derecha para detener el envío de Domínguez, quien dispuso de esa ocasión tras un opinable fallo del árbitro Daniel Giménez, quien consideró que le habían cometido infracción a Daniel Montenegro.
Independiente fue desde el principio una tromba, como para justificar tanta inversión y tanta necesidad, y Lanús se vio obligado a resistir, y esperar que la suma de minutos le permita disponer de una mayor tranquilidad. El local presionó y arrinconó a su adversario, pero su ofensiva fue frontal y bastante previsible. Debido a ese andar del anfitrión a toda marcha y por una pista prácticamente prefijada, Lanús dispuso de las oportunidades que precisaba para afirmarse en la defensa. El conjunto de Avellaneda sí se tornaba peligroso cuando intervenía Daniel Montenegro, porque el armador salía de la monotonía, pero los rivales estaban demasiado juntos y organizados. Otra alternativa fueron los tiros libres y remates de afuera, pero Claudio Flores se destacó al rechazar envíos violentos de Serrizuela. Así se le fue un tiempo al Rojo y casi todo el otro.
Lanús tuvo una sola a favor y fue un cabezazo de Ariel López que encontró Leo Díaz en el primer tiempo. Nada más. Por eso es justo que los de Gallego se hayan alzado con la primera victoria y sueñen tras tanta sequía.