Olimpia de Paraguay se coronó anoche por tercera vez campeón de la Copa Libertadores de América al ganar en penales 4-2 (2-1 en tiempo normal) al Sao Caetano brasileño en el estadio Pacaembú de San Pablo, el segundo partido final. En tiempo normal el marcador fue abierto en el minuto 32 por Aílton, tras una rápida pared con Somalia en el centro del ataque. San Caetano ganaba 1-0 que sumado a su resultado 1-0 en Asunción, lo ponía cómodamente 2-0. Sin embargo, el volante argentino Gastón Córdoba marcó un empate temporal a los 4 del segundo tiempo, con un tiro cruzado bajo desde la izquierda, tras una inteligente habilitación del uruguayo Sergio Orteman. Y a los 13, un cabezazo del ariete Richart Báez tras un centro de Víctor Quintana dio al visitante la ventaja mínima que necesitaba para forzar la definición por penales. En la serie definitoria, convirtieron para Olimpia Julio Enciso, Sergio Orteman, Hernán López y Mauro Caballero. Los ejecutores brasileños Marlon y Serginho marraron consecutivamente sus disparos y anticiparon la definición.
Olimpia generó media docena de situaciones de gol en la primera etapa, pero fue Sao Caetano el que pudo sacar provecho a la primera jugada clara de definición, empañando el panorama del equipo paraguayo. En la segunda fracción, el visitante entró a buscar la definición rápida, generando más jugadas de ataque en los primeros minutos que en todo el partido perdido en Asunción.
Olimpia disputó el jueves su sexta final de Copa Libertadores en medio de festejos por la celebración de su centenario, que coronó con su tercer título sudamericano. El club paraguayo fue campeón en 1979 y 1990.
El árbitro colombiano Oscar Ruiz controló a tarjetazos los roces que entorpecieron el partido: expulsó al volante olimpista Víctor Quintana en el minuto 86 y antes, al fin del primer tiempo, al técnico brasileño Jair Picerni por insultar a los jugadores paraguayos en un incidente. Ruiz amonestó con tarjeta amarilla a Julio César Cáceres, Miguel Benítez, Quintana y Julio Enciso, del Olimpia. También a Russo y Marco Sena, del Sao Caetano.
El partido fue disputado ante unos 40.000 espectadores en el estadio paulista de Pacaembú, bajo una lluvia fría e intermitente que aceleró la velocidad del juego. Olimpia fue un justo campeón.