DEPORTES
› OPINION
Van Gaal, el tío del quía
Por Diego Bonadeo
No me digan que el gordito Van Gaal, el técnico de Barcelona, no parece el tío medio salame –y la otra mitad también–, de príncipe holandés que se casó con la hija argentina del que no pudo ir al casamiento real porque los holandeses llegaron hasta ahí, y que, por supuesto, el príncipe, parece ser el sobrino medio salame –y la otra mitad también– del gordito Van Gaal?
Pero lo que pasa es que también el fútbol es generoso. Y hasta permisivo. Aunque el club de los amores de Joan Manuel Serrat, tenga, como muchos otros cuadros europeos, jurisprudencia con futbolistas y técnicos holandeses, no otra cosa que permisividad es que el tío putativo del príncipe de los Países Bajos, tenga la osadía de reprender cual colegiales a quienes como Riquelme y Saviola, saben mucho más de este juego, que quien pretende impartir directivas desde la autoridad, y no desde el conocimiento.
Ya la cosa se había puesto incomprensible, cuando, independientemente de la cuestión de los extracomunitarios, apenas terminada la Copa del Mundo, se mandaban señales a la sociedad futbolera, respecto de la inconveniencia de que compartieran el plantel Cluivert, Riquelme, Rivaldo y Saviola. Es algo así como si en los setenta se hubiera cuestionado al escrete brasileño campeón mundial en México, por sobredosis de talento.
Ahora resulta que el gordito rubicundo, tío postizo del quía, insiste en que, por ejemplo, Riquelme, tendrá que ser distinto al que jugaba en Boca, y como si su consagración futbolística y el interés no solamente de Barcelona, por tener a Riquelme en el plantel, se hubiera originado en un torneo de robots organizado por Bilardo y Paenza, remata el disparate con una frase histórica para los anales del tacticismo. “Riquelme tendrá que cambiar el chip”.
Está claro que cualquiera puede decir cualquier cosa. Tanto en la vida como en el fútbol. Y también, tanto en la vida como en el fútbol, habrá alcahuetes que permitirán la impunidad dialéctica de esos cualquiera. Inclusive la del gordito, tío postizo del quía.