Desde la próxima temporada no serán sancionados los futbolistas a quienes se les detecte doping por el consumo de las llamadas drogas sociales que no sirvan para beneficiar su rendimiento deportivo. La medida, por lejos la más polémica de las emanadas del último congreso de la FIFA, realizado en Paraguay, tendrá vigencia en todas sus asociaciones afiliadas a partir de la temporada 2007-08.

La FIFA justificó la medida en una adecuación a los cambios reglamentarios en la materia impuestos por la Asociación Mundial Antidopaje, que señaló taxativamente que no debe haber sanciones para quienes consuman esas sustancias, siempre y cuando no favorezcan el desempeño deportivo del atleta.

De todos modos, aunque podría haber elementos que modifiquen el rumbo en uno u otro sentido, se entiende que esa no penalización servirá solamente para “una primera infracción”, pues se prevén sanciones de hasta dos años para aquellos a quienes se les compruebe una reincidencia.

En el medio local, la marihuana y la cocaína son las sustancias identificadas en ese sentido y fueron la mayoría de los casos de doping detectados desde el año 2000: veinte en total, contra cuatro de otras sustancias.

Las sanciones en primera instancia sólo alcanzarían a aquellos deportistas a quienes se les pruebe que el uso de estimulantes, sea cual fuere la sustancia, sirvió para aumentar su rendimiento en la competencia.

Otras de las instrucciones impartidas desde el Congreso ya se están aplicando, como la quita de puntos por desmanes de hinchas y la penalización más rigurosa del juego brusco.

Una de las principales novedades en cuanto a penas apunta a aumentar las suspensiones a cinco fechas a quienes incurran en insultos de corte racista.