San Lorenzo no brilla. Ni siquiera necesita de grandes rendimientos. Mucho menos de abultadas diferencias. El conjunto de Ramón Díaz volvió a dar una clara muestra de que es el máximo favorito para quedarse con el Clausura. El palo y el travesaño le negaron el gol a Silvera en la primera etapa. Newell’s lo atropelló y lo arrinconó contra el arco de Orión en la segunda etapa. Pero si hay algo que tiene este San Lorenzo es oportunismo. Cuanto más oscuro estaba el panorama, Méndez se disfrazó de héroe para marcar el rumbo del triunfo. Con un partido más, San Lorenzo le sacó seis puntos de ventaja a Boca y Estudiantes, sus principales perseguidores, que hoy completarán la fecha.

Apenas 15 segundos necesitó Newell’s para inquietar al puntero. Méndez se equivocó en un rechazo y le dejó la pelota a Arrieta, pero su zurdazo débil terminó en la manos de Orión. Pese al arranque auspicioso, ésa fue casi la única jugada de riesgo del local en el primer tiempo. San Lorenzo empezó a controlar el partido apoyado en el buen funcionamiento del mediocampo y, sobre todo, en la continua movilidad de Gastón Fernández. Entonces, comenzó el trabajo para Villar. Lo tuvo Silvera después de un pase de Fernández, pero su remate pegó en el palo. Al rato, se produjo una jugada parecida: Silvera robó una pelota en la mitad de la cancha y, desde una posición similar, volvió a ejecutar un potente disparo que, en esta ocasión, se estrelló contra el travesaño.

Justo en el momento en el que el partido entusiasmaba, los equipos se apagaron. Y no porque, como es costumbre en el fútbol argentino, fallara el sistema de iluminación. El encuentro entró en un pozo; en uno profundo. Ni el tridente ofensivo Fernández-Lavezzi-Silvera, ni los intentos de Cardozo lograban romper con la falta de precisión y de ideas para buscar el arco.

La segunda parte ofreció un panorama completamente diferente. Y no porque el puntero se adelantara en el campo de juego, sino que fue Newell’s quien arrinconó a su rival. Ya de entrada, Cejas se perdió una clara oportunidad cuando su remate salió por arriba del travesaño ante la rápida salida de Orión. Un cabezazo de Spolli apenas desviado y un zurdazo de Arrieta que salió al lado del palo izquierdo, tras una nueva pifia de Méndez, eran el reflejo del momento de superioridad del local. Pero el dominio no se traducía en goles y Newell’s comenzó en impacientarse.

En ese escenario, San Lorenzo reaccionó y recuperó la pelota. En una jugada aislada, el conjunto de Ramón Díaz encontró la ventaja: Ledesma asistió a Méndez que, tirándose al piso y de zurda, superó a Villar para marcar el único tanto del partido. Lejos de refugiarse dentro de su campo, el visitante apostó por cuidar la pelota y dejó pasar el tiempo para asegurarse un valioso triunfo en su objetivo de coronarse campeón.