DEPORTES
› VENCIO 3-1 A OLIMPO Y ALCANZO A BOCA
Independiente ya es puntero
Ganó con goles de Castagno Suárez, Insúa y Domínguez. Si Central no gana esta tarde, el Rojo y Boca seguirán siendo punteros.
Los hinchas de Independiente se fueron festejando como en los mejores años de la Copa. Ya se habían olvidado del sufrimiento del primer tiempo, cuando el equipo pasó media hora sumergido en el marcador, cuando el modesto Olimpo de Bahía Blanca impuso su ley de control y maniató las intenciones del equipo local. Ya habían gozado con el complemento, cuando sus jugadores supieron dar vuelta el resultado, ganar con goles y algunos lujitos, y montarse a la punta del Apertura al menos hasta hoy. La victoria 3-1 sobre los bahienses le permite al equipo de Avellaneda sumar siete puntos, alcanzar a Boca en la tabla y soñar con que, si Central no le puede ganar esta tarde a Gimnasia en Arroyito, poder mantener el liderazgo.
Atrás quedó la sequía de los últimos partidos del Clausura con Américo Gallego al comando del equipo. La remodelación del plantel empieza a dar frutos, y en la medida en que aparecen jugadores como Federico Insúa, que convirtió el segundo gol después de haber fabricado una gran jugada, o Juan José Serrizuela, que la rompió para ponerle en bandeja el tercero a Federico Domínguez, Independiente puede sostener sus aspiraciones.
No había arrancado bien, porque Olimpo se supo consciente de sus limitaciones y le mordió la cancha al Rojo, tapándole las salidas. Con tanta fortuna, que antes del cuarto de hora estaba en ventaja, en una jugada confusa que terminó pegando en Leo Díaz y metiéndose en el arco.
Le costó a Independiente liberarse de esas ataduras, que Insúa entendiera el partido. Pero empezó a respirar cuando, justo antes de irse a los vestuarios en el entretiempo, Castagno Suárez capturó en el centro del área un rebote y su disparo selló el empate, que llegó en el momento justo.
En el complemento se vio un Independiente realmente distinto, más atrevido, sólido en el medio, controlando el baló y creando peligro. Insúa gambeteó por izquierda, la pelota se fue al corner y tras el centro el ex Argentinos metió un cabezazo que se tradujo en el 2-1. Más tarde, dos sombreros consecutivos de Serrizuela, más la complicidad de la defensa bahiense, lo dejaron a Domínguez solo con el arco, para liquidar el partido.