Buen triunfo de River, por lo hecho en el segundo, en un partido entretenido que tuvo figuras en D’Alessandro y Cavenaghi.
Arrancaron con todo los dos: con todos los titulares o casi –a River le faltaron Ortega y “alguien” bien arriba– y con todas las ganas, ya que de inmediato se fueron de arco a arco. Al minuto, D’Alessandro pateó de afuera apenas alto; al siguiente, un centro de Serrizuela cayó sobre el segundo palo con Capria y Ameli acosando a un dubitativo –empezaba a vacilar– Flaco Comizzo. Y así siguieron durante los primeros quince minutos, de ida y vuelta, cada uno con su estilo. River juntándose y trasladando al no tener punta contundente (sólo Cavenaghi) con todos acomodados fuera del área como en los ataques del handbol y sin profundidad por afuera; San Lorenzo más agazapado, formando dos líneas de cuatro cuando River la tenía y saliendo con Romagnoli y Franco por detrás de los volantes de River para habilitar a Acosta y –menos– el apagado Estévez.
Así, tras otra aparición de D’Alessandro que entró gambeteando y otra de Romagnoli que terminó –tras taco de Franco– con mano a mano de Acosta que salvó Comizzo, llegó el gol. Tras un centro llovido, salió mal el arquero de River y el rebote fuera del área lo recibió Franco que la bajó con el muslo y metió un zurdazo débil pero muy pegado al palo izquierdo de Comizzo, que no pudo llegar.
A partir del gol, River se cerró más aún y San Lorenzo se echó atrás, sin llegar a meter una contra clara. Sin claridad, la mejor para los de Ramón fue una doble pared entre Alvarez y Cavenaghi que el pibe tiró afuera a los 37 y un derechazo de Coudet pegado al palo del segurísimo Saja. Así se fueron al vestuario.
Cuando volvieron, River la sacó barata cuando un nuevo error de Comizzo casi es aprovechado por Acosta y Franco, pero se salvó. Y enseguida el partido se decantó hacia el campo de los de Pellegrini, y los cambios lo ratificaron: Pusineri y Rivarola fortalecieron el medio; Cuevas fue del medio para arriba. Y River sumó oportunidades, aproximaciones hasta que -aunque le anularon mal uno a Coudet por offside tras habilitación de D’Alessandro– los que debían hacerlo lo hicieron: D’Alessandro, otra vez, la puso perfecto, sabiamente, para Cavenaghi en cortada al vacío, recto por el medio, y el pibe definió cruzándola justito de derecha a izquierda: golazo y justicia.
Y ya el partido no cambió, pues siguió atacando River, se hizo importante Cuevas por derecha junto a Coudet y en una nueva llegada por ese costado llegó Alvarez al fondo en posición dudosa, echó el centro atrás y otra vez Cavenaghi –de pechito– la mandó adentro.
Recién entonces despertó San Lorenzo y pudo empatar cuando Comizzo “hizo vista” –por no poder hacer otra cosa– ante un tiro a colocar de Acosta que dio en el palo a los 38. Pero sobre el final fue Saja el que salvó el tercero del pibe Cavenaghi tras gran jugada de Cuevas. En fin... hasta quedó tiempo para un tiro libre de Serrizuela apenitas arriba. Pero estuvo bien que ganara River: quiso y jugó más.