Diálogo entre dos hinchas cuerdos –de los que todavía quedan– de fútbol:
–¿Se juega el clásico de Avellaneda?
–Se juega.
–¿El local es Racing?
–Eso es lo que marca el fixture.
–¿Por qué? ¿En qué cancha se juega?
–No se sabe. Quizás en la de Racing, probablemente en la de Independiente.
Si los dos hinchas conservan su cordura, acordarán rápidamente que si la decisión es la segunda, será una nueva mancha en el engrasado álbum del fútbol argentino. Esa cordura no es la que pusieron en práctica los dirigentes anoche. Concretamente, los representantes de Racing pidieron 24 horas para tratar de resolver el problema que les impide jugar el clásico en su cancha; en caso contrario, el clásico se disputará a 150 metros de allí, en el estadio de la Doble Visera. De cualquier manera, el árbitro del partido será Héctor Baldassi, designado por el Colegio de Arbitros para controlar el clásico sin someter la decisión al sorteo.
Por la mañana, el Ministerio de Seguridad y Justicia bonaerense ordenó, mediante la publicación de la resolución 1059, “la suspensión de los espectáculos deportivos en el estadio de Racing, por no contar con sistemas de audio, video y seguridad necesarios para preservar la vida y bienes de los asistentes”. Se disponía igual medida para la cancha de Gimnasia, pero con una argucia el club platense eludió la clausura. Es que sólo los estadios con capacidad para más de 25 mil espectadores deben contar con esos sistemas de circuito cerrado; Gimnasia anuló el ingreso a una parte de la tribuna y bajó a 22 mil la capacidad de su estadio, por lo que el domingo podrá recibir a Chicago en el Bosque.
¿Para qué quiere Racing 24 horas? La estrategia será presentar hoy un recurso de amparo para que el gobierno provincial revoque la resolución de la clausura, firmada hace 10 días por el ministro de Seguridad bonaerense, Juan Pablo Cafiero.
En principio, la intención de Racing había sido reprogramar el partido y, como último recurso, jugarlo en una cancha neutral. En ausencia de Fernando Marín, descansando en el Caribe, el gerente de logística de Blanquiceleste, Gustavo Piccione, proponía que el encuentro se jugara en la cancha de River, que no se usará el domingo porque el equipo de Núñez visita a Chacarita, o en su defecto, hacerlo en San Lorenzo o Huracán.
Pero pronto circuló el plan, para mantener el partido en Avellaneda, por el cual Racing pierde la localía en este encuentro a cambio de que en el Clausura 2003 el clásico se juegue en su cancha. Sin embargo, esa decisión de alterar el fixture favorece nítidamente a Independiente, que está peleando el torneo. “Si es lo mejor, podemos cambiar la localía de los torneos y jugar ahora en Independiente y el campeonato que viene en Racing”, ofreció Andrés Ducatenzeiler, dirigente de Independiente.
La posibilidad de jugar el partido en cancha neutral, en la Capital, contrastaba con la visión de la Policía Federal, que no quería sumar otro conflicto a los potenciales que tiene el domingo: Estudiantes visita a Boca en La Bombonera y todavía está pendiente de definición la sede de Chacarita-River, porque los visitantes querían jugarlo en Vélez, es decir, dentro de la Capital. La Federal no estaba dispuesta a sumar dos partidos más a su programación dominical.
El artículo 80 del reglamento de la AFA indica que “en caso de fuerza mayor se puede disponer un cambio de escenario a cualquier estadio que no sea el del equipo rival”. Una modificatoria aclara que “en caso de extrema urgencia, el Comité Ejecutivo tendrá la potestad de disponer la inversión de la condición de local”.