DEPORTES
› SE SUMAN LOS INCONVENIENTES A LA CUARTA FECHA DEL APERTURA
Fútbol organizado por el enemigo
Torneos y Competencias salvó el partido entre Chacarita y River de mañana, que corrió serio riesgo de suspenderse por la factura del operativo policial. Hay tensión en la Capital por el clásico de Avellaneda, que se jugará el lunes.
La seriedad con que los dirigentes del fútbol argentino manejan el torneo Apertura es comparable a la pericia con que la administración de Eduardo Duhalde conduce la crisis desde el 1º de enero. Los problemas que suscita la organización de la cuarta fecha del certamen, que comenzó anoche (ver aparte), vinieron sacudiendo al país futbolero a lo largo de la semana y ayer le dieron otro sacudón: el partido Chacarita-River estuvo a punto de ser suspendido porque el club de San Martín se negaba a pagar la totalidad del operativo policial. La situación se salvó, pero por unas horas el domingo, el día tradicional del fútbol, sólo se iban a disputar cuatro partidos, con situaciones entre ridículas y arbitrarias. Con el clásico de Avellaneda postergado para el lunes, la suspensión de Chacarita-River hubiera dejado al domingo (y a “Fútbol de Primera”) sólo con dos partidos trascendentes: Boca-Estudiantes y Olimpo-Central.
Chacarita había decidido ser local en Vélez pagando todo el operativo policial para quedarse con la recaudación íntegra, pero ayer se negaba a pagar los 700 efectivos exigidos por la Policía Federal para disponer el operativo de seguridad. “El jefe de la Policía Federal está en pedo, Chacarita no lo va a pagar, así que el partido no se hace –sostenía al mediodía el vicepresidente de Chacarita, Armando Capriotti–. Nosotros sólo pagamos 400 efectivos.” Rápido de reflejos, el presidente de River Plate, José María Aguilar, salió a aclarar que River no pagaría diferencia alguna. Capriotti cargaba las tintas: “Esta es una industria sin chimeneas que se tiene que terminar. Los clubes tenemos que poner los cojones sobre la mesa y la Policía y el Comité de Seguridad se tienen que dejar de joder con tanta policía”, sentenciaba.
Pero a la tarde, el problema se arregló: Chacarita depositó en la AFA un cheque de casi 24 mil pesos para abonar la jornada, a 58 pesos por cabeza, a los 400 efectivos que eran su límite; el monto correspondiente a los 300 efectivos de la diferencia serán pagados por la AFA y, sin lugar a sorpresas, Torneos y Competencias. Una vez más se aplicó la regla de la situación excepcional para salvar el inconveniente, evitándose aplicar el reglamento.
Ese fue el mismo principio rector por el cual, lejos de suspenderse el clásico de Avellaneda porque la cancha de Racing estaba inhabilitada –como debió haberse decidido–, fue postergado para el lunes, cuando la Capital Federal se convierta probablemente en zona sitiada, gracias a los 2300 efectivos que escoltarán a las hinchadas de Racing e Independiente en su largo trayecto desde Avellaneda hasta el estadio de River, en Núñez, para evitar que se encuentren entre sí, o que haya choques con las hinchadas de Boca o River, con las que mantienen antiguos antagonismos. Los vecinos de la Capital, especialmente aquellos a los que no les interesa el fútbol, agradecidos.
El operativo dispone que los hinchas de Racing entren a la Capital por el puente Nicolás Avellaneda y la avenida Almirante Brown. Pero conociendo la rivalidad con Boca, dado que el lunes será feriado y los hinchas boquenses tendrán el día libre, después de que su equipo haya jugado mañana, no es difícil pronosticar enfrentamientos. El titular de la comisaría 1ª de Avellaneda, Angel Mannino, confirmó que “a requerimiento de la Policía Federal y del Comité de Seguridad”, la hinchada de Independiente deberá ingresar por el puente Pueyrredón y la avenida Montes de Oca. “No sé qué piensan –ironizó Capriotti–. Tal vez suponen que los de Independiente y los de Racing son extraterrestres, que van a hacer recorridos distintos, unos entrando por la Vía Láctea y otros llegando en helicóptero”, ironizó.
Cuando parecía que el clásico se jugaba mañana en Independiente, el partido Lanús-Unión fue reprogramado para hoy. Pero el clásico se postergó y ya no hubo marcha atrás para el otro partido. Por eso hoy habrá tres partidos y el domingo cinco, que pudieron ser cuatro. Un dechado de prolijidad.