DEPORTES › ENTREVISTA A DIEGO LATORRE, EX FUTBOLISTA
El ex jugador de Boca se dedicó al periodismo y se convirtió en una voz calificada y crítica en un medio donde abunda el elogio fácil. “Creo que confrontar está bueno”, asegura.
› Por Adrián De Benedictis
Su retiro del fútbol fue en silencio, en una ciudad mexicana, y lejos de los grandes compromisos. Y también en voz baja fue incursionando en los medios, hasta convertirse en una de las voces más respetadas. A los 38 años, Diego Fernando Latorre sigue defendiendo una línea de juego como comentarista, e intenta despegarse de la vulgaridad que domina la escena.
–¿Te gusta cómo se está jugando en el fútbol argentino?
–No del todo. Hay partidos buenos, que son los menos, otros son malos, y a veces insoportables. Pero se juega en relación a los futbolistas que se fueron. A una generación media que casi no existe. Hablo de chicos de entre 24 y 30 años. Es lógico que no se juegue bien. Las exigencias hacia los demás son tremendas. Pedimos mucho del otro pero damos poco. La gente va a la cancha predispuesta a pasarla mal, a sufrir.
–Vos habías dicho que el argentino era el peor fútbol del mundo. ¿Seguís pensando igual?
–No sé. Tal vez cuando uno es jugador tiene otra visión, porque no es tan analítico. Ahora tengo una visión diferente. Por eso muchas veces entiendo lo que pasa con el jugador: los motivos, cómo puede llegar a pensar. Yo lo viví, y puedo dar fe que el futbolista a veces no está tranquilo para desarrollar su actividad.
–¿Es más importante hoy lo que pasa afuera que adentro de la cancha?
–Lo que pasa es que hay un desconocimiento acerca del juego en sí. Es más fácil llenar tiempo hablando de otras cosas. Generalmente se dicen cosas muy obvias, y la capacidad de análisis ha disminuido mucho. Quizá yo miro el fútbol desde otro lugar, y mis relatos son más bien futbolísticos que periodísticos. A mí me gusta que el periodista sepa de fútbol, y no que le ponga palabras lindas a lo que no hay.
–¿Acá en Argentina hay un equipo que se acerca a tu ideal?
–Yo no soy un tipo que le pide más al que no puede dar. Pero tampoco le pido menos. No pretendo que Godoy Cruz juegue como el Milan, pero puede jugar a la altura de los jugadores que tiene. Uno de los que había arrancado bien era Argentinos. Yo no le exijo que juegue como Boca, pero sí que mantenga un estilo y que juegue como puede jugar Argentinos. Ese va a ser su techo. Me parece que los grandes pueden jugar mejor de lo que juegan. A veces porque no quieren ser valientes, y otras porque hay jugadores que están por debajo de su nivel. Boca tiene una buena propuesta pero tiene algunos futbolistas que bajaron su rendimiento, y eso condena a un equipo. Independiente está bien pero no tiene gran vuelo individual.
–¿Hay una tendencia a quitar al volante más libre en los equipos, la posición donde vos te desempeñabas?
–Es que el medio mismo se lo ha comido a ese volante. A veces uno es injusto cuando quiere que en esa función el jugador haga todo. Si no se tira a los pies es un amargo, y si no hace goles no llega al área. Pero no es equitativo en el análisis con el número tres o el cuatro. Una de las causas fue ésa, se le ha pedido tanto que el enganche murió corriendo.
–Con esa visión del juego, ¿no se te ocurrió dirigir?
–No, no se me pasó por la cabeza. Si bien en algún momento dije algo sobre esa posibilidad, apenas dejé de jugar empecé a trabajar en la televisión, y todo se dio natural. Primero quería descansar un año, y luego iba a empezar a hacer el curso de entrenador. Quería parar un poco porque el último año la pasé mal, con muchas lesiones y en una ciudad (Durango, en México) que no me gustaba. Fueron 18 años de carrera, quería parar. Y apareció esto, lo tomé como un hobby y ahora me gusta.
–Sin embargo, muchos ex jugadores se retiraron y les ofrecieron dirigir aun sin título. ¿Pensás que te juega en contra estar en la televisión?
–No. Lo que pasa es que no aspiro a dirigir. Tal vez te lo digo ahora y dentro de diez años me tengo que arrepentir, pero no creo. A veces dudo si estoy capacitado para ser técnico, es difícil enfrentarse a un plantel y hacerlo bien. Me gustaría que el futbolista me admire por mis conocimientos, no por otras cosas. Por ahora no tengo la vocación.
–¿Cómo hacés para defender tu inclinación futbolística dentro de un grupo con otra tendencia?
–Eh... Creo que confrontar está bueno. Pero tampoco sé cuál es esa tendencia. A veces difiere mi pensamiento, pero no me resulta difícil, porque nadie me dijo qué es lo que tengo que decir. (Fernando) Niembro nunca me dijo que me ponga del lugar de él.
–Pero muchas veces, parece que te minimizan cuando querés contraponer algún concepto que difiere del resto.
–La verdad, no me doy cuenta. Tampoco es algo que me tenga preocupado, yo estoy ahí para dar una opinión. Soy respetuoso pero soy un tipo de opinión, y a veces es obvio que decís algo y la otra persona no coincide.
–¿En alguna ocasión sentiste que te desacreditaron?
–No, porque una cosa es lo que hablás, y otra el estado interno de la persona. Yo siempre hablo desde la tranquilidad, siempre estoy muy seguro de lo que digo. Y me gusta explicar los porqué, yo fundamento. Es fácil hablar, es fácil inventar, lo difícil es justificar. Si otro como el Bambino (Veira) o (Daniel) Córdoba me dice que no tengo razón, tal vez me quede callado porque sé que estoy seguro de lo que digo, pero yo tengo mis convicciones. Igualmente, eso no significa que tenga la verdad, para nada.
–¿Reaccionás cuando el mensaje para la gente no es claro?
–Pero por ahí no es claro para algunos, depende. Cuando yo veo que uno está equivocado, trato de aportar para que haya claridad. Y si no me quedo callado. Es según la óptica, yo tampoco puedo ser el defensor del pueblo, ni atacar permanentemente. Eso no significa ser cómplice de muchas situaciones. Si pienso diferente defiendo mi posición. Yo con Fernando (Niembro) tengo una gran relación, él me ha enseñado mucho en todo esto. Si bien yo tengo un conocimiento de la realidad, me importa cómo es él conmigo, y conmigo fue excelente.
–¿A veces te gustaría discutir con otros referentes sobre el juego?
–Sí. Yo soy un apasionado. Me encanta discutir y que me hagan ver cosas que uno no ve. Odio las cosas obvias. Cuando comento me centro en las cosas importantes, en el juego. La gente que mira quiere eso. Con Juan Pablo (Varsky) tenemos un programa juntos en DirecTV, y me gusta esa línea. Gente medida. Algunos comentaristas quieren hacer ver que saben mucho, pero me parece que ése no es el camino. El mensaje es “yo no me hubiera errado ese gol”. Eso no me va.
–Por haber sido jugador, ¿resguardás más al futbolista?
–Trato de acordarme cuando jugaba, pero también me acuerdo que ya no juego. Me he desprendido completamente del jugador. Hay muchos ex jugadores que todavía no hicieron el duelo y siguen hablando de lo que hicieron, pero yo sí hice el duelo. Queda feo remarcar lo que uno hizo en el pasado, me da vergüenza ajena.
–¿El panorama preciso que tenés del juego tiene que ver por el estilo de fútbol que vos practicabas?
–Creo que es un feeling particular que uno tiene hacia ciertas cosas. Porque si no, los menos hábiles no podrían ver bien el juego. No creo que el análisis sea mejor por haber podido gambetear a un tipo.
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