DEPORTES › UN LOGRO CLARO PERO DESLUCIDO DE LA SELECCION ARGENTINA EN VENEZUELA
Un cabezazo de Milito tras un tiro libre de Riquelme y un zurdazo de Messi alcanzaron, como contra Chile, para definir el partido en el primer tiempo. Pero el rendimiento individual estuvo por debajo de lo visto el sábado y eso conspiró contra el atractivo del partido.
Lo mejor de esta seguidilla de triunfos de la Selección Argentina ante rivales de segunda clase en Sudamérica –una agonía que habrá que afrontar mientras no haya invitación para jugar la Eurocopa– es que ya no se discute livianamente sobre los resultados. Los resultados están. La preocupación que genera la Selección, que gana, que lidera las Eliminatorias, que parece no alimentar dudas sobre su clasificación al Mundial 2010, está relacionada con su rendimiento, con el volumen de juego, con lo que pone en la cancha para alcanzar el triunfo que, por ahora, no se le niega en esta etapa. No hay discusión sobre la legitimidad del triunfo sobre Venezuela, pero sí quedan interrogantes pendientes sobre el rendimiento colectivo del equipo. Porque la Selección Argentina puede y debe jugar con mayor frescura, precisión y belleza que lo que lo hizo ayer; lo bueno es que los resultados favorables le dejan espacio a esa discusión.
Qué anduvo bien: La Argentina no dispuso de la abundancia de situaciones de peligro de que gozó contra los chilenos, pero sí volvió a disfrutar su eficacia. En el primer tiempo creó cuatro de esas situaciones, y transformó la mitad en goles. De esas cuatro chances de gol, tres fueron tiros libres: uno de ellos, como los dos de Riquelme en Buenos Aires, se abrió camino hacia la red visitante, con un cabezazo de Milito como intermediario. A propósito de esa eficacia, la Selección no sintió jamás en riesgo su superioridad. Le alcanzó con poco para establecer esa diferencia ante un rival generoso pero que desnudó sus carencias futbolísticas. Si esa eficacia disminuyó en la segunda mitad –un par de combinaciones entre Messi y Tevez no produjeron el efecto esperado de abultar el marcador– probablemente estuvo relacionado tanto con esa sensación de control absoluto como con el cansancio en una noche pegajosa y acalorada.
Qué anduvo mal: El equipo argentino regaló la posesión de la pelota durante extensos pasajes, especialmente en la primera mitad, y el entusiasmo de los locales por manejar el balón no compensó las limitaciones generales del equipo, por lo que el partido cayó en un largo sopor. Con el control del partido pese a no disponer del balón, la Argentina reguló –acaso en exceso desde el punto de vista del juego– ante un rival que acusaba falta de precisión para concretar el fútbol alegre que pretendía imponer. Pero por momentos pareció como si la Selección subestimara el encuentro. Y, fuera esto causa o consecuencia, la mayoría de sus jugadores estuvieron por debajo de su rendimiento habitual, o del que habían mostrado el sábado ante Chile. Ese descenso de entrega conspiró indudablemente contra el atractivo del partido. Riquelme jugó la mitad de lo que lo había hecho en River, pagando quizás ayer los tres meses de inactividad previa, y aunque Messi marcó el gol que tanto ansiaba, fue mucho menos desequilibrante. Y la tarea de los volantes permitió que Venezuela se acercara al área argentina en el segundo tiempo más de lo aconsejado.
1-0: La Argentina no había creado situaciones de gol en el primer cuarto de hora cuando llegó la falta sobre Riquelme, a 35 metros del área, sobre la izquierda. Demasiado lejos para que el enganche intentara al arco, pero impecable para el centro. Y de arriba ganó Gabriel Milito, un especialista en el juego aéreo, que se desprendió de la nutrida pero ingenua marca que trató de imponer Venezuela en su área para aparecer solo por el medio y meter el frentazo por encima de Vega, que se sorprendió con la repentina aparición del central argentino y no logró reaccionar a tiempo.
2-0: Ibarra avanzó en posición de ocho y estiró el pase a Tevez que, ante la marca enganchó y sacó el pase atrás. Messi, que entraba en al diagonal que mejor le sale, alcanzó a dominar con la zurda, desairó la marca de Mea Vitali, encaró al centro y sacó el bombazo de zurda al palo derecho del arquero Vega.
0-VENEZUELA
Vega; Vallenilla, Rey, Cichero, Rouga; Seijas, Mea Vitali; Páez, Rojas, Arango; Maldonado.
DT: Ricardo Páez.
2-ARGENTINA
Abbondanzieri; Ibarra, Demichelis, Milito, Burdisso; Zanetti, Mascherano, Cambiasso; Riquelme; Messi, Tevez.
DT: Alfio Basile.
Estadio: José Pachencho Romero (Maracaibo).
Arbitro: Carlos Simón (Brasil).
Goles: 15m, Milito (A); 42m, Messi (A).
Cambios: 46m, Rosales por Vallenilla (V); 53m, Guerra por Seijas (V); 63m, Gago por Ibarra (A); 73m, Díaz por Burdisso (A); 80m, Denis por Tevez (A).
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