El matrimonio por conveniencia entre el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, y el intendente de General Pueyrredón, Gustavo Pulti, para obtener la sede de la final de la Copa Davis tiene posibilidades de no terminar bien, por más que el ex piloto de motonáutica hizo público un proyecto faraónico de organizar el Masters de fin de temporada con los ocho mejores jugadores del mundo en la ciudad. El inconveniente surge a partir de la inversión que realizó el gobierno provincial para remodelar el Polideportivo Islas Malvinas para agrandar su capacidad, y acondicionarlo de acuerdo a las exigencias de la Federación Internacional de Tenis. Desde la provincia, la intención es recibir un resarcimiento económico de parte del municipio, para solventar parte de los gastos que demandó la obra. Desde la intendencia, la respuesta fue terminante: no hay un peso para esa cuestión, sobre todo por los cuestionamientos que está recibiendo Pulti a partir de una ciudad que tiene uno de los índices de desocupación más alto del país. Ante la negativa de la ayuda, el contragolpe desde la provincia no se hizo esperar, con la amenaza de desmontar todas las mejoras y llevárselas para otro lado. Hasta el momento, esa es la situación, aunque en las próximas horas y con la serie terminada, las negociaciones continuarán. Está claro que la pelea será mucho más larga que lo que lleva el matrimonio.