El balance de la AFA aprobado el 22 de octubre arrojó ganancias por 2.411.662,50 pesos, una suma que resultó sensiblemente menor a la del ejercicio anterior, 2007/2008, de 7.695.243,58. Según la entidad “la situación de crisis mundial a la que el fútbol no fue ajeno justifica tal diferencia”. Pero es sobre el futuro donde aparece la consideración más importante realizada por el tesorero de la asociación, el presidente de Banfield, Carlos Atilio Portell.

En su informe al Comité Ejecutivo que preside Julio Grondona asegura que “el notable incremento logrado en agosto de 2009 en los derechos de televisión a distribuir entre los clubes asociados, hace preveer (sic) que los mismos puedan abonar, a partir del próximo ejercicio, la mayor parte de las erogaciones realizadas por la Asociación por cuenta de ellos y requerir menos asistencias financieras de la misma. Esto hará posible cambiar la pendiente de crecimiento de las deudas de los clubes con AFA que se viene observando en los últimos años”.

Esos compromisos ascienden a 129.376.817 pesos, casi 34 millones de dólares al cambio oficial, sobre los que ya se pactó la forma de devolución. Debe considerarse que esa suma es sólo la que le deben las instituciones a la AFA y que, si no se ponen en práctica controles estrictos desde el Estado sobre los 600 millones que se pagarán del nuevo contrato televisivo, todo podría continuar como hasta ahora. Con clubes pobres y arrasados y una AFA rica y acreedora.