Lejos de la expectativa que atrapaba en las vísperas del superclásico, Ariel Ortega volvió a pasar un conflictivo día en River, al llegar tarde a la práctica de Ezeiza y sin cruzarse con el entrenador Leonardo Astrada, metido de lleno en el trabajo con los jugadores que el jueves completarán el partido. Ortega llegó a Ezeiza cerca de las 10, media hora después del horario fijado por Astrada para presentarse, y argumentó que creyó que el trabajo iba a realizarse en el Monumental y allí fue, como suelen hacerse las prácticas los días lunes. Ortega, finalmente, no participó del entrenamiento y una hora después de haber llegado se fue mientras sus compañeros seguían con las tareas ordenadas por Astrada.