“Lo peor que podría pasarnos sería confiarnos –alertó ayer Osvaldo Ardiles, el entrenador de Racing–, ya que en la Copa Libertadores no hay partidos fáciles y por eso este encuentro ante Oriente Petrolero hay que tomarlo como una final más.”
Sin embargo, el técnico se mostró confiado “porque se está haciendo un gran papel tanto en la Copa como en el torneo local”.
Ardiles explicó el porqué de las cinco modificaciones para jugar ante los bolivianos. “La formación que presentamos mañana es la mejor que tenemos –aseguró–. La seguidilla de partidos y el desgaste de jugar dos torneos a la vez nos llevan a realizar esos cambios.” Algunos jugadores, como Claudio Ubeda o Juan Manuel Torres, jugaron seis partidos en menos de un mes.
Ardiles tiene muy en cuenta la posibilidad de clasificarse pronto para los octavos de final del torneo continental. “Conseguir una victoria mañana (por hoy) sería clave porque estaríamos dando un gran paso y quedaríamos cerca de la clasificación”, reflexionó, al tiempo que dijo esperar “que cada vez vaya más gente a la cancha”.
Oriente Petrolero estuvo a punto de no viajar a Buenos Aires a causa de un pago adeudado a los jugadores. Inclusive, el entrenador del equipo, Néstor Clausen, reclamó salarios atrasados. El problema se destrabó con el despido del veterano volante Gerardo Reinoso y un acuerdo de última hora con otro futbolista argentino, Fabio Giménez, quien, por asuntos económicos, amenazó con automarginarse. Clausen, inclusive, se peleó con el jefe de la barra brava del club, que lo acusó de haber llevado a Reinoso al Oriente Petrolero para cobrar una comisión.