Mauricio Macri, pese a todo, avanza confiado en su estrella. Y se nutre de respaldos similares a los que, en el fútbol, le permitieron trascender durante ocho años. El hermético Enrique “Coti” Nosiglia lo apuntala ahora como a fines de 1995, en vísperas de su triunfo sobre la fórmula integrada por Antonio Alegre y Carlos Heller. El ex ministro del Interior radical, creador de una agrupación interna a la que denominó “Por un Boca mejor”, se mueve en la política con el sigilo que no tienen, por ejemplo, los operadores xeneizes de Macri.
Jorge Luis Bitar es el responsable del Departamento de Acción Social y revista como asesor del presidente. Se ha desempeñado en la comisión de Relaciones Públicas y como representante, aunque en el club primero se lo describe como un personaje devoto del hombre de negocios lanzado a la política. En La Boca, además, se cuenta que tenía una fábrica de medias que terminó quebrada. Pieza clave en la estrategia de divulgación de las políticas asistenciales, suele acompañar a Macri cuando realiza donaciones y organiza viajes al interior de ex jugadores boquenses con el fin de recaudar fondos.
Bitar, de la agrupación “Arriba Boca”, supervisa desde hace tiempo el cumplimiento del convenio con una ONG mediante el cual casi un centenar de pibes del barrio realiza actividades recreativas en la institución todas las semanas. Así como el ingeniero lo cuenta entre sus principales operadores, Nosiglia también es asistido dentro del club por su propia gente. Horacio “Cholo” Palmieri, un ex jugador boquense, reapareció como organizador de un vuelo charter que llevó a los hinchas boquenses a San Pablo para la segunda final de la Copa Libertadores ante el Santos. Antes había presidido la comisión de Acción Social creada en 1999 y que llegó a manejar 200 mil pesos anuales.
Por último, el brazo asistencial que el ingeniero plasmó para proyectarse en el barrio es manejado por la ex esposa del periodista Fernando Niembro, quien desde sus programas hace campaña a favor de Macri. Mirta Regina Brizuela alquiló en enero de 1997 un local en La Boca que es utilizado por la fundación Creer y Crecer, y recibe para ese emprendimiento un porcentaje de dinero que fija el contrato de indumentaria entre el club y la multinacional Nike.