“Toda prescindencia es una elección.” La frase es de Jean-Paul Sartre y aparece en el prólogo a Los condenados de la tierra, de Franz Fanon. Y eso es precisamente lo que hizo Alejandro Sabella al dejar afuera de la lista de 30 convocados a Carlos Tevez. El DT eligió la cohesión del grupo antes que el nivel de los futbolistas. Tevez viene de ganar el título en Italia con Juventus, donde fue figura y goleador, y en su lugar entró Franco Di Santo, de paso regular en el Werden Bremen de Alemania.

Se podrá argumentar que no será una exclusión dolorosa para el ex delantero de Boca, ganador de 19 títulos en su carrera y campeón en todos los países en los que jugó: Argentina, Brasil, Inglaterra e Italia. Se dirá que el Apache ya tenía en claro que se quedaba afuera. Sabella lo había insinuado cuando admitió “no haberse sorprendido por el campeonato de Tevez” en el Calcio, pero que “prefería hablar de los jugadores que estuvieron en su ciclo”. De ésos tampoco estarán Coloccini, Peruzzi y Cambiasso –que, sin dudas, por capacidad y experiencia hubiera venido bien frente a la realidad y los problemas físicos de Gago y Banega, y para que no todo recaiga sobre Biglia–, por nombrar a algunos. Pero entre todas las ausencias, la de Tevez no pasará inadvertida. El “jugador del pueblo” irá al Mundial, aunque lo mire por TV, y jugará su propio partido, como comenzó a hacerlo ayer por la redes sociales a través de su fans.