En 2011, Guillermo Tofoni, el agente de partidos FIFA que maneja los derechos de la Selección Argentina en cada amistoso que juega, se desencantó de su experiencia comercial en la India. Había llevado al equipo conducido por Alejandro Sabella a disputar un encuentro con Venezuela en la ciudad de Calcuta. Hoy le cuenta a Página/12 que “dos empresarios de allá me vinieron a buscar para instalar el fútbol con aquel partido, pero demostraron ser muy poco profesionales, tienen otro concepto de la responsabilidad. Por eso, me sorprendería si esta Súper Liga llegara a ser exitosa”. Cuando se le pregunta por qué dice lo que dice, responde: “El partido que disputó Argentina se cobró en doce cuotas, pagaron fuera de tiempo. En 2001, muchos años antes, también habían querido organizar un mundialito, contrataron a varias selecciones y yo tenía previsto llevar a cuatro de ellas: Rumania, Chile, Uruguay y creo que Paraguay. Fue un desastre. Uruguay y Chile se quejaron a la FIFA, yo tuve que interceder por los rumanos”. Tofoni cree que, con esos antecedentes, “es muy difícil que les vaya bien, sobre todo porque la televisión no los va a salvar. El fútbol tiene una competencia muy fuerte en el cri-cket. Sólo si el gobierno se aviniera a armar un programa para desarrollar el fútbol con su propio presupuesto, podría andar este negocio”.