“No hicimos un buen partido, pero estamos felices porque llegamos a la final, que era el objetivo.” El entrenador de San Lorenzo, Edgardo Bauza, puso de manifiesto la alegría que le provocó la clasificación de su equipo a la final del Mundial de Clubes ante Real Madrid al descartar cualquier análisis de la victoria sobre el neocelandés Auckland City porque “solamente se puede estar feliz por alcanzar el objetivo y nada más”. “Nosotros modificamos nuestra forma de plantear el partido en el segundo tiempo, porque no los podíamos sacar de atrás, pero ya está, clasificamos y estamos felices de estar en la final, que era lo que queríamos”, apreció el técnico.

“Nos llena de orgullo jugar contra el Real Madrid y más en este momento, que tiene un presente tremendo batiendo records –afirmó el entrenador–. No es imbatible, pero posee un desequilibrio individual de lo mejor del mundo. Tiene a Cristiano Ronaldo, pero también a Benzema, a Bale... Tenemos tres días para preparar el encuentro: no sé cómo terminará el partido, pero estoy seguro de que estaré orgulloso del equipo que ponga en el campo. Todo lo que se habla y se diga no me preocupa, lo único que espero es que nos recuperemos. Son 90 minutos, vamos a ver qué se escribe en la historia”.

El autor del gol de la victoria en tiempo suplementario, Mauro Matos, admitió que todos sabían “que el partido iba a ser duro. Pero era para mí una linda posibilidad y por suerte entré bien en el partido. Uno espera en el banco su oportunidad porque Martín (Cauteruccio) está bien”, reconoció.

“Ojalá el gol más importante de mi carrera no haya sido éste, sino el que haga el sábado en la final. Pero estoy contento por la victoria, por el gol y porque esto también es un premio personal a no bajar nunca los brazos. No juego por decisión de Bauza, pero soy consciente de que debo trabajar para aprovechar las oportunidades que se me presenten en cada partido”, enfatizó.

Con el de la semifinal, Matos lleva nueve goles en el año, lo que le basta para ser el goleador del período para el equipo. Un dato que refleja lo que le cuesta a San Lorenzo anotar y lo mucho que el equipo necesita de su inesperado goleador.

En el estadio de Marrakech, los hinchas de San Lorenzo asombraron con su folklore al público marroquí. Desde dos horas antes del inicio del partido, cerca de tres mil simpatizantes dominaban uno de los laterales del estadio durante el juego por el quinto puesto entre Western Sydney Wanderers y Sétif de Argelia, que finalmente ganó por penales 5-4 el conjunto africano, después del empate 2-2 en tiempo suplementario.

Ese costado lucía completamente tapizado de banderas azulgranas de distinta procedencia: Córdoba, Hudson, Varela, Berazategui, Ramos Mejía, Caraza, Paraná, Pilar, Martínez, San Andrés, Nogues, Talar, Boedo, Carcaraña, Wilde, Polvorines e Ibiza. Con su habitual repertorio de cánticos, la hinchada sanlorencista se convirtió en el principal foco de atención para los marroquíes que, extrañados por la situación, retrataban con sus cámaras el colorido de la hinchada argentina, que también provocó la atracción hasta en los propios controles de la FIFA.

A la hora del partido, la cantidad de hinchas argentinos en el estadio alcanzó las ocho mil almas, más de la mitad de la concurrencia, y se hizo sentir durante el encuentro. “Cuando el equipo estaba un poco apagado, el aliento de la gente lo levantó”, reconoció Bauza.