Partidos a puertas cerradas, hechos de violencia como los que, incluso, vivió Vélez recientemente con un enfrentamiento entre dos facciones de la barra brava. ¿Cómo se para la violencia?

–El Gobierno, los políticos, los dirigentes y la AFA perdimos la batalla. Nosotros decidimos no tener más relaciones con la barra porque el motivo de la última pelea que se vivió en el club fue por algo que existe entre ellos: un negocio. El problema se soluciona con leyes que sean lo suficientemente duras y claras como se hizo en Inglaterra, por ejemplo, que tenían barras tan complicados como los nuestros. Pero ahí había una sociedad que estaba convencida de que había que terminar con esto. Había gobernantes que eran distintos. No como los nuestros, que dicen que los del paraavalancha son buenos muchachos. Me refiero a la Presidenta, porque eso alimenta a darles más espacio. No tiene que haber relación entre los dirigentes y los barras. Tampoco con los políticos, que son los que los llevaron al Mundial.

–¿Usted hace autocrítica? Una vez que fue elegido presidente en noviembre del año pasado apareció en una foto con los integrantes de la barra.

–Fue con algunos. Siempre se generaliza. Había dos. No participé mucho de tenerlos en la campaña conmigo porque son piantavotos. A la gente no le gusta. Aparecieron en el festejo final y, sí, me entregué un poco en la alegría a pasar ese momento con ellos. Porque sacaron 1000 fotos, pero justo apareció ésa como la detonante. Y tienen razón. Pero también en esa foto había mucha gente, de las cuales unas 10 o 12 son amigos de estar ayudando acá en Vélez, interesantes para el club. La otra lista también se vio ayudada por la barra. Hace unos meses dije que pactaba con ellos, que algunas cosas acordaba con ellos. Pero con los que no usan revólver, con los que se pueden pelear y cometer algún error. Pero creía que era la forma de ponerme límites. De ponerles límites. Salió todo mal y por eso cambiamos de actitud. Pero todos los clubes tienen barras. Cuando los clubes debemos plata somos cada vez más débiles para que ellos nos manejen. Este es un club en el que, normalmente, la barra son hijos nuestros de toda la vida. No es que vienen de distintos sectores. Recién ahora noté, porque hace años que no era dirigente de Vélez, que habían conseguido espacios mayores en los festivales. Pero ahora se les terminó.

–¿Y cómo reaccionaron cuando se les cortó el chorro?

–Encontramos calma. Pusimos más seguridad, pedimos ayuda también al Estado para que esté atento cuando se juega algún partido o hay un festival. Pero estamos siempre con incertidumbre por saber cómo salió y si hubo algún problema. La pregunta es permanente y eso es muy malo que ocurra.