DEPORTES
• SUBNOTA › IVANISEVIC FUE LA ESTRELLA DE LA TARDE
Cuando Goran gana, no duele
› Por Ariel Greco
Fue la gran atracción de la tarde. Afectado por una tendinitis crónica en su hombro izquierdo que le impide desarrollar todo su juego, a Goran Ivanisevic le alcanzó con su carisma para ganarse a todo un estadio que estaba esperando su derrota. No importó que haya arruinado el festejo. La gente quedó encantada a pesar de que con su entrega, Ivanisevic le dio vida en la serie a Croacia.
De entrada se lo notó errático y falto de ritmo. La imposibilidad de pegar el smash con toda su potencia lo llevó a regalar puntos fáciles. Incluso hasta llamaba la atención verlo sacar a media velocidad. Por eso, cuando ganó el primer game con su saque, miró el cielo, se sonrió y festejó con la gente para arrancar la primera ovación de la tarde.
A lo largo de la tarde, Ivanisevic dejó muestras de su talento. Primero cuando jugó una volea entre sus piernas en un punto para quiebre. Con Cañas y Arnold sin chances, la bola picó cinco centímetros detrás del fleje de fondo de cancha, aunque la gente lo premió igual. Otra pincelada fue un ace de segundo saque sobre la derecha de Cañas, justo para zafar una situación complicada.
Pero no sólo en el tenis demostró su habilidad. En medio de un partido caliente por Copa Davis, el último ganador de Wimbledon tuvo tiempo para hacer jueguito con la pelota de tenis. Pisada de zurda, empalada de derecha para levantar la bola y un par de toques antes de entregársela al ball-boy. Como si se tratara de Juan Román Riquelme en plena Bombonera, el Buenos Aires explotó en gritos ante semejante demostración. También tuvo tiempo para bromear con el público y con su compañero de equipo. En un momento, Ljubicic se secó la cabeza antes de sacar, lo que motivó la humorada de un gracioso. Como el croata tomó la situación con una sonrisa, la tribuna respondió con el clásico “pelado, pelado”. Ante ese panorama, Ivanisevic no tardó en gastar a su compañero y aplaudir a los hinchas.
Con el correr del juego, su preponderancia en el desarrollo fue cada más importante, hasta llegar a la decisiva volea que confirmó el triunfo croata. “Buenos Aires apenas vio al Goran lesionado. Cuando encontré la sincronización en mi saque fui mejorando y me sentí más cómodo en la cancha”, contó tras el partido. Claro que su show no terminó allí. No se conformó con lanzar las pelotitas hacia el público. Luego del saludo con Ljubicic y con el capitán Niki Pilic, Goran no dudó en regalarle su raqueta a la gente. Luego se fue ovacionado por las 4.500 personas que habían ido a verlo perder. Por eso, el amor fue recíproco: “Me alegró mucho el público, nunca en mi carrera había visto gente tan buena para su equipo como la de Argentina, es algo que no me voy a olvidar. Me divertí con ellos. Me encantó, nunca me molestaron. Cuando Argentina estuvo cerca de ganar y cantó me motivó aún más”, comentó Ivanisevic, genio y figura de la serie.
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