Por G. V.

Los clubes afiliados a la AFA se encuentran eximidos de pagar el impuesto inmobiliario y también fueron beneficiados con la condonación de deudas de ABL, cuya facturación anual hasta este año ascendía a 1.545.000 pesos. A propósito de esa situación, y del gravamen a las transferencias de futbolistas que pretende compensar aquello, Página/12 consultó a cuatro presidentes de instituciones con sede en la ciudad de Buenos Aires: Raúl Gámez, de Vélez; Néstor Vicente, de Huracán; Juan Angel Guerra, de Nueva Chicago; y Marcelo Achile, de Defensores de Belgrano.
El primero comentó que se reunió hace un par de semanas con Alejandro Otero, el director de Rentas: “Me pareció una persona con buenas intenciones, que quiere volcar el impuesto en obras que después se puedan comprobar. Si fuera así, que el dinero regresa, no estaría mal. Ahora bien, tendría una posición contraria si el dinero no vuelve a los clubes. Vélez gasta mucho dinero en mejoras para sus socios, acá todo está a la vista”, completó Gámez.
Para Vicente, “es muy difícil establecer sin un contexto lo que está bien en materia impositiva. Habría que someter a discusión lo que dan los clubes por la comunidad y lo que reciben a cambio. Creo que debería gravarse lo suntuario, pero no si se trata de un deporte popular. A Huracán un impuesto así lo afectaría”. Por su parte, el presidente de Chicago dijo que “el impuesto no se puede pagar. La desigualdad entre un club como el nuestro y Boca es abismal. De todos modos, hay que buscar alguna fórmula, porque es cierto que se licuaron las deudas de ABL. Otero estuvo en la AFA el año pasado y nos comentó su idea. Era de esperar que el gobierno quisiera cobrar algo. Yo creo que se puede discutir el porcentaje”.
Achile fue el más crítico de los dirigentes consultados: “La condonación del ABL se hizo con todos los clubes, es cierto, pero en esa discusión también entraba lo que le dieron nuestras instituciones a la comunidad. Vamos a dar batalla en este tema, no vamos a dejar pasar esto así nomás”.