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Por qué nos bombearon
› Por Pablo Vignone
La zona que le tocó en fortuna (si es la palabra apropiada para el caso) a la Argentina durante el sorteo del Mundial 2006 es, sin duda, no sólo el Grupo de la Muerte: habría sido más fácil ir a jugar a Irak... Pero es evidente que su determinación fue el resultado de una conjura conspirativa, una serie de maquinaciones poco felices que, de tan odiosas, han quedado banalmente expuestas, como se detalla a continuación:
- Caliente por la manera en que los trataron en la reciente Cumbre de las Américas, en Mar del Plata, George W. Bush volvió a su país con una sola idea en la cabeza: nada de Irak o Corea del Norte; a W. lo carcomía la necesidad de reactivar la “oficina del Pentágono que prepara los complots contra la Argentina”, que tan valientemente denunciara Roberto Fontanarrosa en su último libro, quien asegurara que la zona que le tocó a la Argentina en el Mundial 2002 había sido una maquinación de Durrance, uno de los oficiales activos por entonces... Seguro que Bush dio la orden de reactivar la generación de conjuras contra el país futbolero, para pegarnos donde más nos duele.
- Antes titular del Fondo Monetario, ahora presidente de Alemania, Horst Köhler pudo vengarse, finalmente, de los desplantes nacionales poscrisis de diciembre de 2001. “¡A la Argentina con un kañen!”, probablemente gritó antes de sentarse de manera discreta cerca de la canciller Merkel. No nos dieron con un caño de acero: nos pegaron con un caño de marfil... ¡Ah! Eso sí: al equipo de su sucesor en el FMI, Rodrigo Rato, le tocó la zona más fácil del Mundial... y ni qué decir de Alemania.
- Parece que la escultural Heidi Klum está enojada con los argentinos porque, después de llenarle la cocina de humo, el inefable Flavio Briatore piantó antes de que naciera inclusive el retoño... para juntarse con una morocha nativa. Por eso la Klum decidió tomarse revancha: revolvió bien las bolillas del copón X, que adjudicaba a Serbia y Montenegro, pero sin soltar del todo una, como podría verse si repitieran el sorteo. Esa era la bolilla de Argentina...
- La FIFA estaba caliente porque Diego Maradona ni siquiera les respondió la invitación. Estaban todos los cuatro de copas, pero no el Diego... ¡y nos pusieron a Pelé para “sortearnos” el rival europeo! La bolilla estaba anaranjada de tan caliente... ¡y salió Holanda!
- Pero la teoría conspirativa que más cierra es esa que asegura que somos el país al que siempre tiran al bombo porque el mundo sabe que, cuando nos quejamos, nadie nos cree: “¡Otra vez estos argentinos creyendo que siempre los tiran al bombo!”
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