En una de las canchas auxiliares del Buenos Aires, Guga Kuerten está siendo entrenado por Hernán Gumy, ex jugador argentino de Copa Davis. Mientras esperan para ingresar a ver a José Acasuso, varios fanáticos husmean el peloteo. El brasileño practica devolución de saque, por lo que Gumy simula servicios parado dos metros dentro de la cancha. “A Coria lo tendrían que dejar sacar desde ahí”, lanza la humorada uno de los curiosos. Y más allá de la broma, no deja de marcar la preocupante realidad que atraviesa el hoy número siete del mundo. A partir de los problemas con su servicio, que se traducen en una innumerable cantidad de dobles faltas por partidos, la confianza de Coria está por el piso y eso se nota en su juego. “Es muy difícil jugar cuando uno no tiene confianza en un golpe”, admitió el Mago tras su derrota en la segunda ronda ante el español Rubén Ramírez Hidalgo. Pero así como el santafesino no le encuentra respuestas a su inconveniente, sus colegas tampoco comprenden el fenómeno, aunque coinciden en que pronto lo resolverá.

“Sabía que tenía problemas con su saque, pero no que era para tanto. Fue la clave de la victoria, porque perdió confianza y ya no podía jugar ni de fondo”, explicó Ramírez Hidalgo tras su éxito. En ese punto se explica una de las cuestiones centrales del momento de Coria. La inestabilidad del venadense agranda a los rivales, al tiempo que reduce su autoestima. El italiano Potito Starace, vencedor de Juan Ignacio Chela, es uno de los jugadores que no le encuentran explicación a lo que pasa con el número dos de la Argentina. “Es algo que yo mismo me lo pregunto. Es un grandísimo jugador y es muy extraño lo que le pasa con el saque. Yo creo que es un tema de la cabeza, una cuestión de confianza”, analizó el italiano, que igualmente considera que no pasará mucho tiempo para que la situación cambie. “No dudo de que en poco tiempo volverá a tener un saque acorde a su nivel”, indicó Starace.

A Juan Ignacio Chela no deja de sorprenderlo lo que sucede. “Lo vi por televisión y lo noté con poca confianza. Es extraño porque venía mejorando. Lo importante es que es consciente de lo que le pasa, pero ya van seis meses y es raro que le dure tanto tiempo”, remarcó el bonaerense. El brasileño Flavio Saretta tampoco da crédito a lo que pasa con el ganador de la edición 2004 del ATP porteño: “Tiene que ser un problema mental, nadie llega a ser siete del mundo sin saber sacar. Es jodido, tiene que seguir entrenando y en poco tiempo lo superará”. Un razonamiento similar es el José Acasuso, la antítesis de Coria por lo bien que está sacando: “No me puse a pensar en lo que haría, pero lo importante es que él le pone el pecho a la situación. Es muy duro jugar sin confianza, pero está trabajando fuerte en eso y pronto lo solucionará”.