Otra vez, José Pekerman sorprendió con un cambio de última hora, como lo había hecho con el ingreso de Lionel Messi en el partido ante Holanda. Aunque había asegurado que Fabricio Coloccini lo había conformado en el encuentro ante los holandeses y que iba a esperar a Nicolás Burdisso hasta último momento para ver la evolución de su lesión, la elección del entrenador recayó en Lionel Scaloni, que de esa manera debutó en el Mundial. Ya en el encuentro, Pekerman mostró su mano, con audacia para llevar los cambios que terminaron de modificar el curso del partido. Con los jugadores mexicanos más desgastados por el esfuerzo y la concentración a la que estuvieron sometidos, Pekerman sorprendió con sus cambios, en los que demostró las ganas de llevarse el partido. La primera variante era casi cantada, a partir del flojo partido que estaba cumpliendo Crespo. Posición por posición, Tevez a la cancha, algo lógico. La sorpresa fue el cambio simultáneo, que determinaba el ingreso de Pablo Aimar. Allí estuvo el riesgo del entrenador: lo natural hubiese sido que saliera Riquelme, que tampoco estaba en un buen partido, para trocar conductor por conductor. Pero la elección de Pekerman fue Cambiasso, lo que llevó al volante de Valencia a la posición de enganche y al jugador de Villarreal unos metros más atrás. A ocho minutos del final, el tercer cambio fue más pensado en el alargue que en lo que quedaba del tiempo reglamentario. Por eso ingresó Messi por Saviola, con la intención de que el pibe de Barcelona se metiera en el partido y aprovechara su velocidad ante zagueros agotados. La apuesta salió perfecta, como le vienen saliendo a Pekerman las decisiones complicadas.