Hasta ahora, los 93.500.000 de pesos que pagaban las empresas hasta la temporada 2005-2006 se repartían de la siguiente manera: Boca y River, 12,5 millones cada uno; Independiente, Racing, San Lorenzo y Vélez siete millones; Gimnasia (LP), Estudiantes, Newell’s, Central, Lanús, Banfield, Colón, Argentinos Juniors, Quilmes, Gimnasia (J) y Arsenal, tres millones; Belgrano, Godoy Cruz y Nueva Chicago, 2,5 millones. Si la AFA y los clubes consiguieran el aumento por el que vienen bregando, a instituciones como River y Boca les reportaría un incremento que podría cubrirles varios gastos ordinarios y, según José María Aguilar, el presidente del primero, “significaría la cuarta parte de la venta de un jugador importante”. De 12,5 millones pasaría a 37,5 millones, aproximadamente. Sin embargo, son demasiadas las instituciones que recibirían monedas –con aumento o sin él– porque están endeudadas con la asociación, con ex jugadores o con sus actuales planteles. Ya ocurrió en 2001, cuando los dirigentes no vieron un peso y los documentos por 10 millones correspondientes a la televisación del quinto partido codificado sirvieron para pagar las deudas que mantenían los clubes con muchos de sus profesionales. Se hizo mediante un fideicomiso que permitió acabar con la última huelga de Futbolistas Agremiados.