Carlos Ischia llega a Boca cuando todavía no terminó de irse de Rosario Central. En rigor, le deben 100 mil pesos de su paso en la temporada 2006-2007. Con las deudas que acreditan en los clubes, los técnicos dejan de entrenar pero no de ser acreedores. En la institución que ahora preside el ex intendente rosarino Horacio Usandizaga, aún hoy se superponen las cuentas impagas de otros entrenadores: Leonardo Astrada, Néstor Gorosito –quien le había pedido la quiebra–, Hugo Galloni –el último DT interino– y hasta el actual, Leonardo Madelón, a quien le pagarán antes de que finalice el año unos 39 mil pesos. Así no hay técnico ni economía que aguante. El caso de Central es uno de los más emblemáticos.