Lun 26.12.2005

DIALOGOS  › LA DIRECTORA DE ESCUELAS BONAERENSE, ADRIANA PUIGGROS, EXPLICA SUS PLANES

“No vamos a aplicar reformas de golpe en toda la provincia”

Tiene en sus manos el manejo del 34 por ciento del presupuesto bonaerense. Adriana Puiggrós empezará en el 2006 a poner en marcha el plan para revertir los déficit de la reforma educativa de los ’90. Aspira a jerarquizar el rol docente y a atender las necesidades de los adolescentes.

› Por Nora Veiras

–En la provincia de Buenos Aires volver a hablar de una primaria, de una secundaria básica y de una secundaria superior, ¿qué cambios implica para el chico?
–El sistema educativo de la provincia tiene ahora seis años de primaria y seis de secundaria con cuatro tramos: dos en la primaria y dos en las secundaria. La primera cuestión es que hablamos de escuela secundaria y no en jerga. Cuando la gente dice “volvamos a la secundaria”, estoy segura de que nadie quiere volver a la vieja escuela secundaria, máxime cuando hubo una buena escuela argentina pero creo que a mediados de los años ’50, a partir de la caída del peronismo y acentuadamente desde el ’66, desde la Noche de los Bastones Largos, la escuela argentina –en particular la secundaria– forma generaciones que no fuimos capaces de sostener ni la democracia ni el sistema productivo ni el propio sistema educativo, entonces, ¿dónde está esa escuela maravillosa...?
–También fue una escuela sobrepasada, porque la secundaria fue pensada como una escuela de selección y después se masificó...
–Exactamente, no se resolvió la masificación, cuando a fines de los ’60 hubo reformas importantes en otros sistemas educativos como el mexicano, el venezolano o el francés, esa reforma no se produjo en la Argentina, sino que hubo represión a la demanda de reforma. En el ’73 se produce una irrupción de la demanda e inmediatamente la represión del gobierno de Isabel Perón y después el golpe. Entonces las demandas contenidas y las reformas inacabadas en realidad vienen desde hace mucho tiempo. Diría que hay más de medio siglo de retraso. El otro problema es que el sistema educativo argentino nunca resolvió la relación con el sistema productivo y esto lleva más de un siglo, desde que se dicta la ley 1420. La reforma de los ‘90, la reforma neoliberal menemista, desintegró y dispersó el sistema educativo nacional. En nombre del federalismo se hizo una descentralización orientada hacia una economía de mercado, a transformar a la educación en un bien transable, en lugar de sostenerlo como un bien social. En la provincia de Buenos Aires esto fue muy fuerte y hoy tenemos un sistema educativo que tiene alrededor de quince formas de articulación –en el país hay cincuenta y cuatro– del tercer ciclo con el polimodal y con el primer y segundo ciclo.
–Le reitero, ¿cómo va a impactar en los chicos y en los padres la reforma de la reforma?
–En primer lugar el tener una escuela secundaria, el saber que hay un lugar donde los adolescentes van a estar seis años, en donde va a haber un mismo régimen de convivencia –tanto en la secundaria básica como en la superior o polimodal–, donde va a haber un mismo régimen de evaluación.
–¿Se va a dejar la evaluación conceptual para volver a las notas? –No te lo puedo decir porque lo que queremos hacer es, con mucha tranquilidad, que la Dirección de Evaluación analice cuál es el mejor sistema, que lo conversemos con los docentes y, a partir de marzo, las reformas que haya que hacer las vamos a hacer sólo en tres distritos: uno rural, uno semirrural y uno urbano. No vamos a implementar reformas de golpe en toda la provincia. El año próximo, los cambios curriculares para el séptimo año los vamos a hacer sólo en esos distritos, va a ser un programa piloto. No es experimentar, es empezar en algunos lugares para evaluar bien, consultarlo mucho con los docentes, hacer las modificaciones necesarias y en el 2007 entonces sí implementar sólo en el séptimo el cambio curricular en toda la provincia y dejar preparado en el 2008 y 2009 para que se hagan en octavo y noveno. Nosotros esperamos que los padres y los chicos sepan que al entrar a séptimo entrarán a una escuela que va a durar seis años y que va a ser el referente para los chicos y para los padres para el conjunto de la problemática del adolescente y para su orientación como futuros ciudadanos y como futuros trabajadores en un sentido amplio.
–¿El polimodal como tal va a desaparecer?
–Ese es un problema muy complejo. Appeal (Alternativas Pedagógicas y Prospectiva Educativa en América Latina), el equipo que dirijo, está especializado en educación y trabajo, y una de las cosas que hemos visto es que el polimodal se implementa entre el ’99 y el 2001, resulta que son los años de la mayor desestructuración del sistema productivo y del empleo, con lo cual es una contradicción armar un ciclo que orienta para la universidad y el empleo cuando no hay empleo. Hay que refundar el polimodal. Lo que encontramos en la provincia es que son muy pocos los polimodales que tienen vinculaciones reales con Organizaciones No Gubernamentales, con organismos públicos, con empresas privadas y es un trabajo que hay que ir haciendo casi polimodal por polimodal. Nosotros pretendemos avanzar haciendo convenios con sectores sindicales, empresariales, con organismos públicos para poder resolver esto de una forma más estructurada, sin esa vinculación en realidad los Trayectos Técnicos Profesionales y el propio polimodal terminan siendo una abstracción. Uno de mis mayores temores es que se vuelva a la secundaria clásica, esa secundaria que, como decía Manuel Galvez, sólo formaba tinterillos.
–¿Hoy en día quiénes serían los tinterillos?
–Gente que no ingresa a la universidad o que ingresa y fracasa y que no tiene otra capacidad más que conseguir un trabajo burocrático en algún lugar del Estado cuando en realidad tienen capacidades para muchas otras cosas. La otra cuestión es que lo que queremos es atender al adolescente que está en séptimo, octavo y noveno, atenderlo mucho como adolescente y al chico un poco más grande permitirle que elija una orientación. En realidad, ellos eligen todo el tiempo y es muy poco lo que la escuela escucha. Lo que queremos es que haya orientaciones –esto va a ser un largo trabajo–, adaptar orientaciones actuales a demandas locales, regionales pero que los chicos puedan elegir alguna actividad en la cual se formen para el trabajo. Digo trabajo en un sentido muy amplio, no estoy diciendo que ya a esa altura profesionalicemos.
–En ese replanteo con el mundo del trabajo, ¿qué impacto tiene en la provincia la Ley de Educación Técnica sancionada a nivel nacional?
–En realidad, las técnicas y agrarias ya se reestructuraron. Es la primera modalidad que tiene seis años y seis años desde hace dos o tres años por lo menos. La Ley de Educación Técnica hace un aporte económico muy importante que va a ser para equipamiento. Nosotros vamos a usar ese incremento de fondos también para las escuelas de formación profesional que están en la rama de adultos, que es algo que queremos tomar muy seriamente porque hace al sector más pobre de la población. Para nosotros educación y trabajo abarca las técnicas, las agrarias, la educación profesional, los polimodales y también lo que está en la Agencia de Reconocimiento de Saberes Laborales –es un proyecto que hicimos durante la gestión de Mario Oporto– y ahora vamos a entregar los primeros quinientos certificados para torneros, para tractoristas, para trabajadores de la construcción que acreditan conocimientos por vías formales y no formales, un equipo técnico lo analiza y organiza con eso y con algún curso más en la UTN o en un polimodal y con eso organizan un perfil profesional. La idea es que la agencia no sólo acredite oficios sino que acredite toda clase de formaciones en trayectorias que hay que organizar.
–¿El planteo de una primaria de seis y una secundaria de seis supone que van a modificar la ley provincial de Educación?
–No, no vamos a tocar la ley provincial de Educación hasta tanto no se discuta la Ley Federal. Debemos ser muy respetuosos de la articulación de la provincia con la Nación. Creo que lo que hay que debatir es la estructura, que no hay que debatir la parte doctrinaria de la Ley Federal porque garantiza que la educación sea un bien social, sea laica, gratuita y obligatoria, principios que, en realidad, reflejan mucho al CongresoPedagógico del ’85. Ahora, la estructura es lamentable y creo que ahí se va a dar la discusión.
–Como investigadora de la educación, ¿a qué atribuye esa decisión de modificar la estructura sobre todo en la provincia de Buenos Aires, que es el sistema de más alto impacto en el país?
–No sé cuál fue la razón, lo que sé es que fue un enorme error. Lo último que hay que modificar es la estructura porque eso significa modificar los lugares de trabajo de las personas, modificar la casa de la educación y realmente antes que eso hay que cambiar aspectos pedagógico-culturales. Se llega a un cambio de estructura después de experiencias piloto como consecuencia de que fuiste capacitando a profesores, discutiendo el sentido de cada tramo de la educación.
–Habló alguna vez con la actual vicegobernadora Graciela Giannettasio y responsable de ese cambio en la provincia como directora de Escuelas sobre las razones de esa prioridad...
–Sobre esa decisión no, pero algún día le voy a preguntar. Ella me dijo que acompañaba totalmente la gestión nuestra, que le parecía bien.
–La verdad es que fue un desastre lo que hicieron.
–Digamos que fue una política... Como fuere, pasaron once años de la Ley Federal, tuvo muchísimos problemas, después vino la crisis que atravesó todo, entonces, de todas maneras, hubiésemos estado de acuerdo o no, todo el mundo coincide en que ya es hora de comenzar otra política.
–Teniendo en cuenta que la Ciudad de Buenos Aires no modificó la estructura y la provincia tiene una relación directa porque los chicos pasan de una jurisdicción a otra, ¿cómo se va a resolver?
–Ese es un problema. Creo que la Ciudad de Buenos Aires ha quedado fuera del mapa educativo nacional. Espero que se articule a la Nación, uno puede estar en contra de la Ley Federal pero no puede dejar de cumplirla siendo ley. Espero que los diputados de la Ciudad presenten proyectos para sustituirla o modificarla. En mi caso cuando fui diputada presenté un proyecto modificatorio que ahora el ministro (Daniel) Filmus) incorporó a las propuestas para modificar la ley.
–Pero ahora pensar en una adecuación a la Ley Federal cuando se está rediscutiendo la vigencia de esa norma sería extemporáneo.
–Sí claro. En mi proyecto proponía la articulación entre los sistemas educativos de todas las provincias. En este momento ya hay resoluciones del Consejo Federal que deberían ordenarse y formar parte de una nueva ley. Son resoluciones que solucionan el pasaje de una jurisdicción a otra. De todas formas me parece que es un problema: que la Ciudad de Buenos Aires o presenta una ley modificatoria o bien acata la ley.
–¿En lo inmediato se va a reforzar la cantidad de horas en Lengua y Matemática?
–El año próximo va a haber una hora más de clase, obviamente queremos avanzar en escuelas de jornada completa primero, en los sectores de Necesidades Básicas Insatisfechas y en las de mayor número de alumnos. La hora se va a ganar estirando el turno en toda la secundaria.
–El fracaso de los chicos en el ingreso a la universidad, sobre todo acá en La Plata, es una constante. ¿Qué se va a hacer?
–Se está trabajando desde hace tiempo: van profesores de la universidad a las escuelas. Quiero revisar lo que pasa. Sí creo que el fondo de la cuestión es que hay que poner en pie la institución escuela secundaria, hay que reforzar mucho la identidad de los docentes, darles seguridad en cuanto a que tienen derecho a enseñar y los chicos tienen que aprender. Parece lo más elemental de todo pero es un vínculo que se dañó. Los padres tienen que respetar a los docentes. Los actores tienen que volver a ocupar sus lugares porque si no se dificulta el proceso de transmisión de la cultura. Los docentes tienen que comprender que todos los alumnos pueden aprender. Nosotros vamos a combatir el diagnóstico fácil de Déficit Atencional o de hiperactividad que sustituyan el esfuerzo por que el chico aprenda. Lo vamos a combatir en base a una cosa central que es el derechode toda persona a que le enseñen. Todo el mundo puede aprender salvo que se demuestre lo contrario.
–¿Qué se va a hacer con la formación docente?
–Oporto ya había decidido que todos los institutos van a extenderse a cuatro años de estudio desde el 2007. El año próximo vamos a hacer la reforma curricular y los que son de tres años se van a extender, tanto para maestros como para profesores. Vamos a tratar de hacer acuerdos universidad por universidad para que reconozcan ese tramo por lo menos como un tramo de las licenciaturas si no como licenciaturas. Me parece que es medio mítico que las universidades no quieran articular con los institutos de formación docente, hay que sentarse y conversar con las universidades.
–Después de un año conflictivo que terminó con acuerdos, hay una reunión pendiente entre los gremios docentes y el gobernador Felipe Solá para continuar negociando, ¿cuándo se va a hacer?
–Yo me voy a reunir con los gremios esta semana. Ya hablé con todos. Por pedido del gobernador (Felipe Solá) organicé un espacio donde pudiera haber una conversación permanente con los gremios por la cual creamos la Dirección de Asuntos Gremiales, en donde tendrán participación también representantes de Economía y de Trabajo. El problema si no es que de lo único que se habla es de la cuestión salarial, que se va a tratar en paritarias, pero no es el único problema. Los docentes tienen problemas de vivienda, para comprarse una computadora, para viajar. Empecé a hablar con algunos bancos públicos –a lo mejor después lo haré con privados– para ver si podemos conseguir líneas de crédito para colaborar con los docentes desde otros ángulos. La otra cosa es que hay que mejorar las condiciones de trabajo. Cuando los docentes hacen paro es porque necesitan ganar mejor, pero no sólo, también lo hacen porque están hartos de estar en escuelas donde los chicos no les hacen caso, los padres les exigen que los chicos pasen de año. Hay que restituir el lugar del docente. Tenemos que ayudarlos a que vivan mejor, a que se transporten mejor a la escuela, a que, a lo mejor, se compren un vehículo con un crédito, a que se puedan financiar unas vacaciones. La otra cosa es la capacitación y el perfeccionamiento.
–En cuanto al incremento presupuestario previsto para el año próximo, ¿está en línea con el aumento que prevé la Ley de Financiamiento que se acaba de sancionar?
–Respecto al 2002, duplicamos el presupuesto, son más de siete mil seiscientos millones de pesos. Es una inversión equivalente al 34 por ciento del presupuesto provincial, es una responsabilidad enorme. Es cierto que el 94 por ciento iba a salarios docentes, ahora aumentaron un poquito más los fondos libres que tenemos, los cerca de mil millones que agregó el gobernador son para la creación de nuevos cargos, para mantenimiento. Estamos nombrando directores para la secundaria. Son 260 mil docentes.
–¿Prevén incrementos salariales?
–Hay paritarias en febrero pero no está dentro de esto un incremento posible. Espero que podamos conversar sin conflicto y si no que podamos resolverlo. Nosotros vamos a tener las escuelas abiertas los 180 días al año.
–La Cámara Argentina de Publicaciones acaba de sacar una solicitada criticando al gobierno provincial por el reparto del denominado libro de texto único, ¿qué van a hacer?
–La Cámara Argentina de Publicaciones, que son las grandes editoriales, las trasnacionales, publicó una solicitada fuera de lugar cuando estuvieron en mi asunción y los invité a que vinieran a conversar. No así la Cámara Argentina del Libro (CAL), que son las editoriales medianas. El problema es éste: nos prestó Nación contenidos que nosotros adaptamos y con eso se hicieron cuatro libros, llamamos a una licitación para la impresión y distribución de 3,5 millones de libros que vamos a repartirentre los alumnos de la secundaria básica. La licitación terminó y ahí los grandes se dieron cuenta de que había habido una licitación en la cual no participaron.
–¿Los textos quiénes los elaboraron?
–Nosotros.
–En la solicitaba la queja es por la existencia de un libro único...
–Son muy malos, ellos de lo que se quejan es de que el Estado imprima, que el Estado sea editora. Dicen que va a ser un libro único y obligatorio, no es cierto. Vamos a regalarle a cada chico cuatro libros de secundaria, el mercado es como para veinte millones de libros porque es un mercado de 4,5 millones de chicos. Lo que vamos a seguir haciendo es abrir licitaciones públicas, transparentes, tanto para la impresión de libros que vamos a seguir haciendo para regalar como para comprar los libros a las editoriales. Lo que queremos es promover la industria editorial y al librero, pero para eso ellos tienen que bajar los precios. El Estado de la provincia de Buenos Aires defiende su derecho a entregar libros gratuitos y a abrir licitaciones y comprarles a las editoriales que ofrezcan los precios más baratos y los mejores libros.

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