Andrés Izarra es presidente de Telesur, la cadena multiestatal de noticias regional nacida en 2005 en Caracas, que integran seis países: Venezuela, Argentina, Bolivia, Cuba, Ecuador y Nicaragua. Concebida como una alternativa a la cadena de noticias hegemónica CNN y con mayoría accionaria de Venezuela, hoy cuenta con 23 millones de abonados en casi todo el mundo.

Antes de saltar a la filas del chavismo y convertirse en una suerte de estratega de la comunicación del gobierno bolivariano, Izarra trabajó en las cadenas de noticias norteamericanas NBC y CNN. Aquellos años en que se iniciaba en la tarea periodística lo marcaron lo suficiente como para querer dar un vuelco. “En algún momento en la vida se da una posibilidad histórica de participar en un proceso revolucionario y de hacer otro tipo de periodismo.”

De regreso en Venezuela, Izarra trabajó en la emisora privada Radio Caracas Televisión (RCTV) hasta el efímero golpe de Estado contra Chávez, ocurrido en abril de 2002. Ese fue un momento de inflexión: decidió no prestarse a “la canallada de formar parte de un golpe mediático”.

Como ironía de la vida, se enamoró y se casó con una presentadora de noticias de Globovisión, un medio que, en boca de Izarra, ejerce todos los días el “terrorismo mediático”.

Izarra impulsa la construcción de una hegemonía del Socialismo del Siglo XXI. “Proponemos una hegemonía comunicacional e informativa del Estado. Construir hegemonía en el sentido de Gramsci.” Desde la óptica de este ideólogo de la comunicación chavista, se aspira a hacer que el pensamiento y los valores socialistas predominen sobre los valores del capitalismo.

Hoy, con 40 años, es el rostro joven de la política de medios del gobierno bolivariano. Fue ministro de Información y Comunicación de Venezuela desde 2004 hasta el año pasado, cuando asumió la presidencia de Telesur. Andrés Izarra es presidente de Telesur, la cadena multiestatal de noticias regional nacida en 2005 en Caracas, que integran seis países: Venezuela, Argentina, Bolivia, Cuba, Ecuador y Nicaragua. Concebida como una alternativa a la cadena de noticias hegemónica CNN y con mayoría accionaria de Venezuela, hoy cuenta con 23 millones de abonados en casi todo el mundo.

Antes de saltar a la filas del chavismo y convertirse en una suerte de estratega de la comunicación del gobierno bolivariano, Izarra trabajó en las cadenas de noticias norteamericanas NBC y CNN. Aquellos años en que se iniciaba en la tarea periodística lo marcaron lo suficiente como para querer dar un vuelco. “En algún momento en la vida se da una posibilidad histórica de participar en un proceso revolucionario y de hacer otro tipo de periodismo.”

De regreso en Venezuela, Izarra trabajó en la emisora privada Radio Caracas Televisión (RCTV) hasta el efímero golpe de Estado contra Chávez, ocurrido en abril de 2002. Ese fue un momento de inflexión: decidió no prestarse a “la canallada de formar parte de un golpe mediático”.

Como ironía de la vida, se enamoró y se casó con una presentadora de noticias de Globovisión, un medio que, en boca de Izarra, ejerce todos los días el “terrorismo mediático”.

Izarra impulsa la construcción de una hegemonía del Socialismo del Siglo XXI. “Proponemos una hegemonía comunicacional e informativa del Estado. Construir hegemonía en el sentido de Gramsci.” Desde la óptica de este ideólogo de la comunicación chavista, se aspira a hacer que el pensamiento y los valores socialistas predominen sobre los valores del capitalismo.

Hoy, con 40 años, es el rostro joven de la política de medios del gobierno bolivariano. Fue ministro de Información y Comunicación de Venezuela desde 2004 hasta el año pasado, cuando asumió la presidencia de Telesur.