Crítico de arte y militante por los derechos humanos, Ticio Escobar fue hasta el 22 de junio pasado ministro de Cultura del gobierno de Fernando Lugo. Ese día se ponía fin de modo abrupto a un gobierno elegido democráticamente en 2008, que había interrumpido el eterno reinado del Partido Colorado. Ese día, el del juicio político exprés, se abría un hondo período de incertidumbre para la sociedad de Paraguay. Escobar renunció al cargo en cuanto se consumó el golpe parlamentario que derrocó al ex obispo de los pobres. El también curador de arte, nacido en Asunción en 1947, afirma que no se sorprendió cuando vio cómo algunos liberales como Enzo Cardoso se aferraban al cargo –Cardoso continúa al frente del Ministerio de Agricultura y Ganadería–. Fueron dos o tres los ministros que siguieron con el nuevo gobierno de Federico Franco. Desde aquel día, los ministros fieles a Lugo se reúnen con él en lo que llaman “gabinete de la resistencia” para monitorear que el trabajo que venían haciendo tenga alguna continuidad.

Anteriormente, Ticio Escobar fue presidente de la asociación Apoyo a las Comunidades Indígenas del Paraguay y dirigió el Museo de Arte Indígena. Experto en los temas de los pueblos originarios, tiene publicados más de diez títulos sobre arte indígena, popular y contemporáneo, entre los cuales se destacan Una interpretación de las artes visuales en el Paraguay; El mito del arte y el mito del pueblo,y La belleza de los otros. MIlitante por los derechos humanos durante la dictadura de Stroessner, fue cofundador de la Juventud Paraguaya por los Derechos Humanos y también formó parte de movimientos políticos clandestinos, razón por la que estuvo preso en cinco ocasiones entre 1969 y 1976 y soportó la tortura que aplicó el régimen.

Entre otras distinciones, Escobar obtuvo en octubre de 2011 el Reconocimiento de la Asociación Internacional de Críticos de Arte, por sus “aportes extraordinarios al campo de la crítica internacional” y este mes fue declarado Visitante Ilustre de la Universidad Nacional de General Sarmiento en Buenos Aires.

Escobar señala que junto a sus pares del Mercosur compartió el mismo concepto de cultura en tanto una cuestión transversal, que incluye el indigenismo, la religiosidad, las identidades diversas. Toma del trabajo etnográfico de Clifford Geertz su incorporación de la metáfora como fuente de conocimiento, en contraste a la concepción cuantitivista de lo antropológico. Al frente del ministerio buscó crear una conciencia ciudadana y recuerda los festejos del Bicentenario como una gran oportunidad de mostrar al mundo la riqueza cultural de Paraguay.