Lun 01.09.2014

DIALOGOS • SUBNOTA  › ¿POR QUé PABLO GENTILI?

El debate es cultural

› Por Julia Goldenberg

La disputa electoral en Brasil está dada entre la presidenta y candidata por el PT, Dilma Rousseff, y Marina Silva, por el PSB. Tras el accidente de Eduardo Campos, Silva se posicionó en las encuestas como una competidora muy potente frente a Dilma. Lo cierto es que la candidata del PSB tiene una fachada muy atractiva, ya que se trata de una mujer, zamba, proveniente de los sectores populares y con una militancia histórica. Sin embargo, señala Pablo Gentili, la falta de estructura y su impulso por demoler todo lo que construye la convirtieron en la candidata de los medios hegemónicos y de los poderes económicos brasileños.

Pablo Gentili nació en Buenos Aires en 1963 y ha pasado los últimos 20 años de su vida ejerciendo la docencia y la investigación social en Río de Janeiro. Ha escrito diversos libros sobre reformas educativas en América latina y ha sido uno de los fundadores del Foro Mundial de Educación, iniciativa del Foro Social Mundial. Su trabajo académico y su militancia por el derecho a la educación le ha permitido conocer todos los países latinoamericanos, por los que viaja incesantemente, escribiendo las crónicas y ensayos que publica en el blog del diario El País http://blogs.elpais.com/contrapuntos/). Actualmente, es secretario ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) y profesor de la Universidad del Estado de Río de Janeiro. Coordina el Observatorio Latinoamericano de Políticas Educativas (Flacso/UERJ/UMET).

El PT tiene que enfrentar algunos desafíos que comparte con otros gobiernos progresistas de América latina: profundizar las políticas realizadas hasta el momento para que todo lo que se ganó en los últimos años no se disuelva. Marcar una diferencia entre Lula y Dilma, centrada en un impulso más distributivo por parte de Lula y una voluntad de control del gasto y los niveles de inflación provista por Dilma, anula la posibilidad de leer ambos mandatos como parte de una mismo proceso. Gentili insiste en que no se puede pensar el gobierno de Dilma sin considerar la gestión de Lula. Este proceso lleva doce años de desarrollo y ahora debe enfrentarse con los efectos de una crisis económica mundial, con el único objetivo de dar continuidad y de profundizar las políticas de inclusión que introdujo Lula en 2003. Entonces, aunque el panorama electoral en Brasil se debate entre dos mujeres, progresistas y militantes, lo cierto es que Marina Silva, la preferida de los medios monopólicos (los únicos que existen en Brasil), tiene una fachada seductora pero carece de estructura y tiene una gran dificultad para construir. En cambio, Dilma cuenta con una gran estructura, años de gestión y fundamentalmente con el legado de Lula. De manera que la contienda electoral es en realidad un debate cultural.

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