Mié 30.07.2003

DISCOS  › JOBIM POR SAKAMOTO, JACQUES Y PAULA MORELENBAUM

El arte de tocar y escuchar

El genial cellista, una cantante magnífica y el notable compositor y pianista japonés rinden culto a la tradición camarística.

› Por Diego Fischerman

Podría tratarse de una simple cuestión de belleza: bellas canciones, bellamente tocadas. O de fidelidades: “Nunca escuché a alguien tan cercano al espíritu del maestro”, dice Luciana de Moraes, hija de Vinicius y evidente conocedora del estilo de Antonio Carlos Jobim, refiriéndose a Ryuichi Sakamoto. Pero A day in New York, el segundo álbum dedicado a este autor por Sakamoto junto al genial cellista y orquestador Jacques Morelenbaum (arreglador de Caetano Veloso entre otros y ex integrante de uno de los cuartetos de Egberto Gismonti) y a su esposa Paula, una cantante magnífica que une la calidez a la precisión del fraseo, es mucho más que eso. Por estas 11 piezas grabadas por Morelenbaum2/Sakamoto en un estudio neoyorquino, en un solo día de 2002 –el 7 de noviembre– circula, además de belleza y fidelidad, una lección: no hay belleza musical mayor que la que se produce cuando quien toca lo hace escuchando más a los otros que a sí mismo y no existe fidelidad más grande que la de quienes, ante la obra de un creador, deciden ser creadores.
Precursor del tecnopop con el grupo Wellow Magic Orchestra, que formó en 1978 con Haruomi Hosono and Yukihiro Takahashi, compositor de la música de las películas El último emperador, Refugio para el amor y Pequeño Buda (las tres de Bernardo Bertolucci) y Tacones lejanos (de Almodóvar), entre otras, colaborador de músicos tan diversos como David Bowie, David Byrne, David Sylvian, Iggy Pop, Youssou N’dour, Robbie Robertson y Caetano Veloso y de los escritores William Burroughs y William Gibson, actor de Bertolucci y de Madonna (en el video Rain) y hasta modelo publicitario, Sakamoto dice tener “un mapa cultural” en su cabeza y opina que “hay grandes similitudes entre culturas muy diferentes. Por ejemplo, la música popular doméstica, en Japón, me suena muy parecida a la música árabe, en la entonación y en el vibrato. Y en mi mente, Bali es vecina de Nueva York”. Al respecto, Sakamoto afirmó alguna vez, en una conversación mantenida con Página/12, que “el otro disparate es oponer Oriente y Occidente. No sólo no están opuestos sino que, sobre todo, no se trata de culturas homogéneas. Sólo en la India hay infinidad de etnias y culturas diferentes, China y Japón tienen poco que ver entre sí y, si hablamos de Occidente, se me ocurren pocas cosas tan distintas como el flamenco, una danza húngara y una sinfonía de Beethoven. Yo, por otra parte, tanto por formación académica (en la Universidad de Bellas Artes y Música de Tokio) como por la música que escuchaba de chico, soy un músico occidental nacido en Japón”.
Este encuentro con los Morelenbaum tiene sus antecedentes más claros en el cuarteto que el cellista había formado en 1995 con el hijo y el nieto de Jobim (Paulo y Daniel) y la cantante que luego se convertiría en su esposa y, por otro lado, en los diferentes proyectos que lo venían uniendo con Sakamoto desde 1993, desde la grabación de los álbumes 1996 y Smoochy hasta su participación en la ópera Life, estrenada en 1999. En esta nueva versión de Morelenbaum2/Sakamoto, que sigue al CD Casa (ambos fueron editados localmente por Sony, a precio afortunadamente argentino), además de la voz y el cello del matrimonio y del piano de Sakamoto están el guitarrista Luiz Brasil y el percusionista Marcelo Costa. El repertorio incluye, además de ocho piezas de Jobim (entre ellas la maravillosa “Sabiá”, compuesta junto a Chico Buarque, y las célebres “Desafinado” e “Insensatez”), “Bim Bom” de Joâo Gilberto, “Coraçao vagabundo” de Caetano Veloso y una pequeña joya, “Tango”, de Sakamoto, con letra en portugués de Paula Morelenbaum.

(Versión para móviles / versión de escritorio)

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS rss
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux