Una familia tipo necesitó reunir ingresos por 970,86 pesos en febrero para no caer en la pobreza, lo que implica una suba de 0,4 por ciento frente al mes anterior, informó ayer el Indec. En tanto, para no sumirse en la indigencia un hogar típico debió conseguir como mínimo 449,59 pesos, 0,9 por ciento más que en enero. Estos datos oficiales multiplican las críticas de especialistas en pobreza y distribución del ingreso, que rehúsan utilizar esta información “manipulada” por el Gobierno.

Los técnicos consultados por Página/12 se negaron a sacar conclusiones sobre fenómenos económicos en base a la información que el Indec distribuye porque no los consideran confiables. “Además de que los datos son falseados, lamentablemente estos inventos se realizan sin una racionalidad concreta que permita que de alguna manera lo corrijamos para trabajar con ellos”, señaló a este diario Roxana Maurizio, investigadora de la UNGS.

Los datos publicados ayer por el Indec dan cuenta de ciertos fenómenos particulares. Una familia tipo, formada por dos adultos y dos hijos, necesitó en febrero un ingreso de 449,59 pesos para satisfacer “los requerimientos kilocalóricos y proteicos imprescindibles” para desarrollar una actividad moderada y superar así la línea de indigencia. Estos ítems se engloban en lo que el Indec denomina Canasta Básica Alimentaria (CBA). Durante los últimos doce meses, este indicador se ha movido hacia arriba casi sin excepciones, incrementándose desde los 428,68 pesos que se necesitaban en febrero del año pasado hasta los 449,59 pesos del mismo mes de 2008, lo que representa una suba de 4,8 por ciento. El incremento del último mes ascendió a 0,89 por ciento. Por otra parte, para encontrarse por arriba de la línea de pobreza en febrero, una familia tipo tuvo que percibir un ingreso de 970,86 pesos. Para obtener la línea de pobreza se utiliza la Canasta Básica Total (CBT) que incluye, además de los alimentos básicos para cubrir las kilocalorías esenciales, los bienes no alimentarios indispensables. El costo de la CBT en febrero se incrementó respecto de enero un 0,37 por ciento, mientras que interanualmente la suba fue de 5,3 por ciento.

En definitiva, el encarecimiento de la canasta alimentaria en el último mes fue mayor al de la canasta total. Esto implica que, para este período, se vio deteriorada en mayor medida la situación de los estratos sociales más bajos, dado que destinan una proporción más importante de su ingreso a la compra de alimentos que subieron, según el Indec, 1,1 por ciento en ese período.