Telecom Italia subió la apuesta en la disputa que mantiene por el control de su filial argentina al ratificar ayer que hará uso de la opción de compra por las acciones del Grupo Werthein. De este modo, se convertiría en la única dueña de la compañía, apenas unos meses después de haberse asociado con Telefónica en Europa. El anuncio se produce luego de que Página/12 revelara el miércoles los resultados del informe oficial en el que los veedores del Gobierno confirman el riesgo de un virtual monopolio en el mercado local de telecomunicaciones.

“Definitivamente haremos uso de la opción de compra”, aseguró ayer el consejero delegado de Telecom Italia, Franco Bernabé, tras anunciar en Milán el plan de inversiones para el período 2008-2010. Al ser consultado por la prensa de ese país sobre el enfrentamiento que mantiene con el Grupo Werthein se limitó a decir que “tenemos diferentes puntos de vista con nuestros socios, pero lo estamos discutiendo con ellos”.

La negociación no será fácil, pues fue el propio vicepresidente de la firma, Gerardo Werthein, quien a mediados del año pasado denunció públicamente el riesgo de monopolio generado luego el desembarco de Telefónica como accionista de Telecom Italia. Además, este socio se manifestó dispuesto a luchar por el control de la compañía.

Los italianos creen que lo único que busca Werthein con sus declaraciones es romper la opción de compra a un valor fijo que tiene Telecom sobre el 30 por ciento de sus acciones. En 2003 los italianos negociaron esa opción aclarando que por el 18 por ciento de las acciones pagarían el valor de mercado vigente en el momento en que se efectivice la transacción, mientras que por el 30 por ciento restante se limitarían a de-sembolsar un valor fijo que se acordó en ese momento. El problema es que hace cinco años Argentina recién estaba saliendo de la crisis y muy pocos imaginaban una recuperación como la que finalmente ocurrió. Por lo tanto, el valor acordado entonces está muy por debajo del que obtendrían ahora si pudieran vender esas acciones a precio de mercado.

Si el problema fuera sólo de dinero, Telecom Italia podría solucionar la situación pagándole más a los Werthein, pero el escenario se complejizó mucho más cuando decidieron asociarse con Telefónica, su principal competidor en el mercado local. “La gestión de las dos empresas sigue siendo independiente. Cualquier otra hipótesis no tiene ningún fundamento”, sostuvo ayer Gabriele Galateri, presidente de Telecom Italia. Sin embargo, los hechos ponen en duda esa situación.

En abril del año pasado, Telefónica anunció la compra del 5,6 por ciento de las acciones con derecho a voto de Telecom Italia en forma directa a través de la sociedad Telco y el 18 por ciento restante en forma indirecta, mediante la adquisición de la compañía Olimpia a Pirelli, totalizando el 23,6 por ciento de las acciones. El argumento central de varios especialistas es que Pirelli no era un accionista más dentro de Telecom Italia, sino quien controlaba la empresa. Por lo tanto, si Telefónica reemplaza a Pirelli quien pasa a ejercer ese control es Telefónica. De hecho, ahora es el único especialista en telecomunicaciones, pues sus socios en Telecom Italia provienen del sector financiero.

Werthein conoce está situación y eso no sólo lo llevó a elevar sus exigencias ante Telecom Italia sino a escuchar otras ofertas, pues sabe que los italianos podrían ser obligados a irse de Telecom Argentina. Entre los potenciales interesados se menciona a Telmex, propiedad del multimillonario mexicano Carlos Slim, y el Grupo Clarín. Los italianos no son ingenuos y conocen todos estas negociaciones paralelas, pero creen que el poder financiero que lograron al incorporar a Telefónica como socio los vuelve imbatibles.

No obstante, la posición del Gobierno les genera temor, pues no creen que haya intervenido en la pelea para defender los intereses de los usuarios. En realidad, sospechan que presiona porque se quiere quedar con una parte de la compañía, ya sea negociando con ellos o con algún tercero al que acompañaría en el desembarco.

La difusión del resultado del informe de los veedores oficiales no hizo más que multiplicar la preocupación, pues saben que como mínimo ese dato los fuerza a desembolsar más dinero del previsto. Con las declaraciones de ayer volvieron a dejar en claro que, pese a todo siguen interesados en la empresa, pero lo cierto es que nadie sabe con certeza si en el Gobierno los siguen considerando la mejor opción. El costo político que supone convalidar un virtual monopolio en el mercado de las telecomunicaciones no es menor, sobre todo ahora que los propios veedores oficiales certificaron ese riesgo. Por lo tanto, el Ejecutivo podría inclinarse por otro jugador que esté en las gateras esperando su oportunidad. Las próximas semanas serán decisivas y las empresas lo saben. Por eso se espera un intenso lobby ante las autoridades y numerosas operaciones de ambas partes a través de las cuáles buscarán posicionarse como la mejor opción.