Sáb 12.04.2008

ECONOMíA  › RECHAZO DEL BANCO MUNDIAL Y EL FMI, QUE PIDEN FRENAR EL CONSUMO

Las retenciones no gustan en Washington

Lousteau participa de la asamblea de los organismos de crédito. Polemizó por sus recetas para combatir la inflación. También se reunió con Paulson, secretario del Tesoro, quien apoyó una salida al default con el Club de París.

Martín Lousteau se llevó una buena cosecha de las reuniones que mantuvo ayer en Washington. Pudo exhibir el apoyo del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson, para llegar a un acuerdo con el Club de París que permita la refinanciación de la deuda en default. El Gobierno busca que el FMI no intervenga en esa negociación, pero a cambio empezó a aceptar que actué el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El ministro de Economía participa de la asamblea de Primavera de aquel organismo y del Banco Mundial. Son instituciones desprestigiadas, sobre todo por sus errores con Argentina, que otra vez volvieron a confrontar con el Gobierno: se pronunciaron contras las retenciones, recomendaron enfriar el consumo, subir las tasas de interés y contener los salarios.

Para el Gobierno, que sean el FMI y el BM quienes postulen esas recetas económicas lo fortalecen en la discusión fronteras adentro. La experiencia muestra que los organismos repiten planteos ortodoxos de ese tipo desde la salida de la convertibilidad y, siguiendo el camino opuesto, la Argentina puede lucir el mayor ciclo de crecimiento económico de toda su historia. En la disputa que el Ejecutivo mantiene con las entidades del campo, los organismos quedaron del lado de los ruralistas al cuestionar la aplicación de retenciones a las exportaciones.

Lousteau mantuvo una entrevista con el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, en la que respondió que las retenciones “son el instrumento idóneo para desacoplar precios internacionales de precios internos”, pero a la vez sirven para “generar los recursos para atender las necesidades de los sectores más postergados”. El Gobierno ejemplifica con el 1,2 millón de personas que accedieron a la jubilación pese a no haber completado sus aportes previsionales o con los subsidios a las tarifas del transporte urbano. El ministro insistió en que frente a la estampida de los precios internacionales de los alimentos, que el propio FMI afirmó que afecta a todo el mundo, es lógico que se usen herramientas como las retenciones. “Las herramientas a aplicar no siempre deben ser las mismas”, disparó, en referencia a las medidas ortodoxas de reducción del gasto público y contracción de la demanda que sugieren los organismos.

El FMI indicó en un documento que en varios países existen “excesos de demanda que han ejercido una presión al alza sobre los precios al consumidor”. De acuerdo con su diagnóstico, habría que frenar el consumo y subir las tasas. “Una conclusión clave del análisis es que los regímenes de política monetaria pueden tener un efecto importante sobre la inflación, incluso cuando los shocks se originan en los precios externos de las materias primas”, estimó, con la lógica habitual.

Lousteau se reunirá hoy con el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Khan, y repetirá que Argentina no acepta la participación del Fondo en la negociación con el Club de París. Ayer dijo lo mismo en su encuentro con el secretario Paulson. De acuerdo con la versión del Gobierno, el alto funcionario estadounidense dio un apoyo explícito para resolver las diferencias con el Club de París. La principal es que esa entidad, con la que Argentina entró en default por unos 6000 millones de dólares, reclama una auditoría del FMI al país antes de sentarse a negociar la refinanciación.

“El secretario del Tesoro manifestó su compromiso de colaborar con la Argentina para encontrar un acuerdo con el Club de París”, señalaron fuentes oficiales. La iniciativa contempla la posibilidad de una auditoría del BID, en lugar del FMI. Como resultado del encuentro con Paulson, los gobiernos argentino y estadounidense se comprometieron a trabajar en los aspectos técnicos “orientados a la búsqueda de un acuerdo”.

En Buenos Aires, en tanto, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, reiteró la negativa del Gobierno a que la renegociación con el Club de París tenga como entidad auditora al FMI, tal como lo establecen sus estatutos, pero admitió una eventual supervisación del BID. “A nosotros nos parece que el FMI no es la entidad adecuada porque se ha equivocado con Argentina”, afirmó Fernández, pero agregó: “Esto no quiere decir que no aceptemos que alguien diga y verifique si la Argentina va a tener posibilidad de pagar. Por ejemplo, pensamos que uno de los organismos que podría hacerlo es el BID”, confirmó.

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