En medio de las versiones más disparatadas sobre la política cambiaria y bancaria, el mercado se desarrolló ayer con normalidad, pese a las usinas de rumores que invadieron las casillas de correo y las radios. Con poco criterio riguroso se fueron repitiendo mensajes de oyentes preocupados por planes de grandes devaluaciones o proyectos de recrear otro corralito. La mínima confrontación con la situación real en el frente cambiario y en el bancario obligaría ni siquiera a considerar esas posibilidades. Pero, hoy, el riesgo-campo se ha apoderado del mercado.

El Banco Central cuenta con más de 50 mil millones de dólares de reservas y su sola intervención en la plaza desactiva cualquier corrida especulativa. A poco de iniciadas las operaciones, ayer el dólar alcanzó en el segmento mayorista un máximo de 3,187 pesos, pero luego la participación del Central terminaron por abastecer la demanda y la divisa se replegó a 3,180. Así las ventas oficiales llevaron tranquilidad al mercado cambiario les quitaron margen a los movimientos especulativos y dejaron satisfechos a los operadores que decidieron posicionarse en moneda extranjera.

En las pantallas de los bancos y las casas de cambio del microcentro, la divisa cerró a 3,17 pesos para la compra y hasta 3,21 el tipo vendedor, con un mínimo para ésta última operación de 3,205 en algunas agencias. Por el lado de las tasas de interés, en el segmento de los depósitos algunas entidades mejoraron los rendimientos que ofrecen a sus clientes. Las colocaciones a sesenta o más días accedieron a una tasa promedio del 10 por ciento anual, renta que debería haber descripto un salto notable si existiese riesgo de un plan de inmovilización de depósitos.

Por otro lado, las acciones subieron 0,4 por ciento, con un volumen de negocios de 55 millones de pesos, mientras el bono Discount en pesos cerró en su mínimo histórico al bajar 1,3 por ciento, al cotizar a 92,80, pero el Par remontó 0,8 por ciento al cerrar 1132,25.